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La fijación

Por Sergio Sarmiento

Julio 15, 2021 03:00 a.m.

A

“No tengo una fijación 

contra España”. 

Andrés Manuel López Obrador

Era una pregunta perfecta para un acercamiento. El periodista hispano-mexicano Alberto Peláez le preguntó ayer al presidente: “Muchas pymes españolas que desearían venir a México se echan para atrás. ¿Qué se tiene que hacer para que las relaciones [entre España y México] generen certidumbre?”

López Obrador respondió con una perorata: “Lo que se tiene que hacer es entender que hay una nueva realidad en México y que ya no se permite robar, eso es todo. Tenemos casos como el de Repsol, de España, contratos jugosísimos, muy buenos para ellos, muy malos para la hacienda pública de México”. Iberdrola se convirtió en un monopolio “y la ofensa mayor. es que se llevaron a trabajar a la secretaria de energía del gobierno de México. Y contrataron como consejero de Iberdrola al expresidente Calderón. Eso no sucede en ningún país del mundo”. 

Recordó la carta que mandó al rey Felipe VI de España exigiendo disculpas por la conquista española. No solo no tuvieron “la delicadeza de responderla”, dijo, sino que la filtraron a la prensa y “desataron toda una campaña de ataques” contra el gobierno mexicano por “monárquicos” como los escritores Mario Vargas Llosa y Arturo Pérez-Reverte. “Los programas de radio y televisión de España burlándose de nuestra propuesta, que por qué tenían ellos que pedir perdón. Con mucha arrogancia, les faltó humildad”. Añadió: “Como un gesto de buena voluntad para mejorar nuestras relaciones”, España debe ofrecer “disculpas por los excesos que se ejerció durante la invasión”. 

Es claro que el presidente sí tiene una fijación con España. Exigir una disculpa a España por una conquista realizada hace 500 años por los reyes de Castilla y Aragón no tiene sentido. Es como si Tlaxcala pidiera hoy una disculpa a la Ciudad de México por los abusos de los mexicas. La mayoría de los conquistadores españoles permanecieron en México y sus descendientes son mexicanos. En un país en el que 93 por ciento somos mestizos, nos tendríamos que estar pidiendo disculpas unos a otros. 

López Obrador piensa que Vargas Llosa o Pérez-Reverte dicen lo que les ordena el gobierno español. No entiende cómo funciona una democracia. Si hubo burlas a sus expresiones, no fueron del gobierno, sino de quienes pensaban que su exigencia era risible. 

Hay empresas buenas y malas en todo el mundo, pero no tenemos ninguna indicación de que Repsol tenga contratos indebidos. Iberdrola, por otra parte, nunca ha tenido un monopolio. Si ha logrado acuerdos para construir y operar plantas de generación es porque lo hace mejor que sus competidores. 

A AMLO le molesta que la exsecretaria de energía Georgina Kessel haya sido consejera de Iberdrola (dejó de serlo en 2020) y también el expresidente Felipe Calderón. Sostiene que es algo “vergonzoso” que “no se ve en ningún lugar del mundo”, pero ni es vergonzoso ni es inusitado. La doctora Kessel es una gran profesional que cumplió con todos los requisitos de ley cuando aceptó el nombramiento. Calderón fue consejero independiente dos años y medio, pero no lo contrató Iberdrola, sino su socio, Avangrid, con la función de representar a los accionistas minoritarios. 

La fijación del presidente con España es real y enfermiza. Se manifiesta al exigir a un gobierno que no existía en 1521 que ofrezca una disculpa a un país que tampoco había nacido. Se expresa también en sus ataques a las empresas españolas. Es una lástima, porque México y España podrían ser socios y aliados naturales. 

54 por ciento

AMLO declaró ayer que presentará una reforma constitucional para garantizar el 54 por ciento del mercado de electricidad a la CFE. ¿Por qué 54 por ciento? No hay una razón lógica. Lo que beneficiaría a los mexicanos es un sistema en el que los productores más eficientes pudieran competir y ganar una mayor porción del mercado. 

Twitter: @SergioSarmiento