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¿LA MISMA MANGA?

Por Juan José Rodríguez

Octubre 03, 2024 03:00 a.m.

A

Si las palabras valen, si los discursos son reflejo fiel de las convicciones, la conclusión es clara: Andrés Manuel López Obrador no escogió para sucederlo a su alumna más sumisa o a su allegada más manipulable. No, en realidad habría escogido a su discípula más adelantada y más fervientemente devota, a su asociada más firmemente convencida de la causa común. Es eso, o estamos ante un fenómeno singular y fascinante: en realidad Claudia Sheinbaum es un monstruo de simulación y un océano de sagacidad.

Antes de escuchar los dos discursos de la nueva presidenta de la República el martes, tenía en mente escribir que, si el pensamiento dominante en amplias capas de la población pudiera sintetizarse en una sola frase, esta sería “Ojalá no se deje mangonear”. Luego de conocer ambos mensajes, me parece claro que ni el que se va ni la que llegan necesitan de mangoneo alguno. Sus profundas coincidencias ideológicas, de visión y ruta indican claramente que van en la misma manga, si acaso con algunas diferencias de formas y estilos.

La posibilidad de un fenómeno como el citado en el primer párrafo, consistiría en que la presidenta Sheinbaum se haya dado prisa en cumplir lo antes posible la parte que considera le corresponde, pactada o no, a cambio de lo cual López Obrador deberá cumplir la suya, consistente en retirarse a su finca de Palenque, sin recibir ni convocar visitas, sin estar haciendo llamadas o interfiriendo de cualquier forma en la tarea de gobernar y, sobre todo, en el ejercicio del poder.

Contribuye a que una especulación así no resulte tan fantasiosa si nos atenemos a los dichos y los hechos. Sheinbaum elevó a López Obrador al altar de “los Grandes” de la patria; lo reivindicó en términos que le encantan al exmandatario al recordar que, en ese mismo escenario hace 19 años el poder presidencial que entonces detentaba la oposición intentó sacarlo de la arena política mediante su desafuero, pero que al final le hicieron los mandados.

Casi un tercio de su discurso de 43 minutos en el Congreso lo dedicó la nueva presidenta a reconocer, exaltar y comprometerse a continuar la obra y legado de Andrés Manuel; lo equiparó con Cárdenas, le dijo que ya está en la historia y que el pueblo lo ama. Dicho de otra forma, por lo que a Sheinbaum toca, encabezó una despedida a AMLO con arcos triunfales, alfombra roja, pétalos de rosas, incienso en abundancia, fragancias duraderas, pregoneros y maromeros.

A cambio, la titular del Ejecutivo federal esperaría en mínima correspondencia nada de interferencias, ni personales de López Obrador ni de sus allegados más incondicionales.

Si la postura del tabasqueño no fuera la que se espera, con el tratamiento y las deferencias de ayer, su sucesora ha ganado tiempo para fortalecer sus propias bases de apoyo, para calibrar lealtades -en particular la de los uniformados- y para avanzar en la consolidación de estilo, formas, modos y alcances propios.

Esta teoría, controvertible por supuesto, de que lo de ayer haya sido una escenificación para enviar al tigre a su selva sin hambre y bien tratado, me vino a la cabeza al escuchar una frase del discurso de Sheinbaum en la Cámara de Diputados, que quizá no signifique más de lo que exactamente dice, pero que sin forzar demasiado la imaginación pudiera tener implicaciones profundas. “Se retira de la vida pública como un demócrata…”, le dijo a López Obrador. El mensaje ahí queda.

Es decir, que la presidenta en verdad estima, respeta y admira a su antecesor y promotor; que lo va a tratar muy bien a él y a su familia, que no le escatimará reconocimiento y lo impulsará a la historia, pero nada más. Todo eso, pero no más.

Ante la posibilidad, quizá remota pero no inexistente, de que AMLO no acepte ni asuma estas reglas u otras similares, lo que esencialmente habría hecho el martes nuestra nueva jefa de Estado sería ganar tiempo. En la línea de la estrategia milenaria de Sun Tzu, no enfrentar al enemigo mientras su ejército sea más fuerte que 

el tuyo.

Para tener en cuenta: el general Lázaro Cárdenas tardó 16 meses en hartarse de las intromisiones de Calles y mandar un pelotón de soldados a sacarlo de su casa para treparlo a un avión que lo llevaría al exilio. Más acá en el tiempo, López Portillo, con Reyes Heroles de operador, tardó siete meses en pedirle a Luis Echeverría que aceptara irse de embajador a las Islas Fiji. Ni Calles ni Echeverría eran muy facilitos que digamos.

Muchos dicen que Claudia Sheinbaum, hasta ahora, no ha mostrado su verdadero carácter. Quizá, pero yo me quedo con aquel momento, grabado en audio y video y ampliamente difundido, cuando en un evento de Morena a inicios del proceso para elegir a las corcholatas, la entonces jefa de gobierno llegó muy molesta y apuntando con un dedo amenazante a Alfonso Durazo -Gobernador de Sonora y presidente del Consejo del partido guinda- le reclamó algo enérgicamente, a lo que éste respondía en voz baja “aquí no Claudia, aquí no”. Conozco más o menos bien a Durazo y no es ningún pan de dulce. Al contrario. 

Al final del día, o la administración claudista va a ser la prolongación de la avenida López Obrador o la dama está calculando y midiendo cuidadosamente sus tiempos y circunstancias, para en determinado momento sacar su ejemplar del libro Quién Manda Aquí y ponerlo a la vista en algún encuentro con la prensa.

(Todos los énfasis son del columnista).

COMPRIMIDOS

  • En nuestro Palacio de Gobierno los discursos de la doctora Sheinbaum deben haber dejado un sabor agridulce. Quizá más lo primero que lo segundo. En el listado de anuncios y compromisos dados a conocer en el zócalo, San Luis figura varias veces. Cito de memoria: La carretera Valles a Tampico, la prolongación de la Valles-Tamazunchale hasta Pachuca, la recuperación del proyecto del aeropuerto de Tamuín y alguna otra cosa. Sin embargo, en ese mismo evento doña Claudia fue muy clara: promoverá reformas legales para suprimir la reelección en todos los cargos de elección popular y para erradicar el nepotismo. No veo al Verde jugándole las contras apoyando a doña Ruth o al papá para suceder a Gallardo Cardona.
  • Decíamos aquí mismo hace unas semanas que algunos elementos válidos para tratar de vislumbrar por donde irá nuestro futuro político comenzarán a asomar justo en estos días, conforme se vayan despejando las incógnitas de cómo serán los términos reales de las relaciones e interacciones políticas entre la presidenta Sheinbaum y el gobernador Gallardo. Lo citado en el párrafo anterior no es algo particular entre ellos, pero aquí en San Luis el tema cobra una relevancia particular dados los afanes nepotistas del gallardismo. Y si la parentela queda excluida del juego, Gallardo Cardona va a sufrir hasta lo indecible las consecuencias de su gusto por rodearse de mediocres, incompetentes, sinvergüenzas y lamesuelas.
  • Por cierto, hace un par de semanas RGC anticipó que estaba por hacer cambio de titular “en la secretaría más importante” de su gabinete. Ya relevó a Omar Valadez en la Secretaría de Finanzas, lo que en automático indica que para el gobernador esa dependencia es más importante que la General de Gobierno, lo que constituye un feo menosprecio al muy volado Uñas Largas, quien sigue soñando con ser el próximo gobernador potosino, pero ni a segunda base va a llegar. Y menos ahora que le metieron de cuña, y gacho, al nefando Héctor Serrano Cortés. Con la nueva titular de la Sefin se confirma una triste realidad: somos la Caja Chica de los verdes. 
  • Y a propósito, qué debut tan desastroso de Serrano Cortés como principal operador gallardista en la Legislatura local. El descontón del Tribunal Estatal Electoral por haberse atribuido facultades que no tiene al negarse a tomarle protesta como diputado al panista Marcelino Rivera, era perfectamente evitable. Así, el primer lance político impulsado por Serrano en la nueva legislatura, sonó a bofo. Y se supone que el susodicho es abogado con una maestría en derecho constitucional.
  • Enrique Galindo Ceballos o tiene un hada madrina muy generosa o hizo pacto con el diablo. Si alguien se beneficia de ese propósito presidencial de erradicar el nepotismo en la política nacional, es nuestro reelecto alcalde. Por una razón muy sencilla: su principal competencia, el gallardismo verde, se debilita y entra en una zona de incertidumbre. Galindo inicia su segundo mandato con un desafío principal (creo yo): evitar que Gallardo Cardona lo debilite con malas artes en sus aspiraciones. Allá él si se deja.
  • Viene al caso decir algo: hace unos cuantos días el todavía secretario General de Gobierno, don Uñas Largas, se quejó amarga e insistentemente de que los municipios hacen como que la virgen les habla cuando de atender el rubro de seguridad se trata. Recordó la vieja y muy sabida verdad de que en esa materia como en varias más, el eslabón más débil del andamiaje institucional es justamente el municipio. Con esas certidumbres y pesares cómo carajos explica el gallardismo haber sido el principal promotor de la creación de un nuevo municipio. Lo diré una vez más para que no haya confusiones: la veloz, atropellada e ilegal municipalización de Pozos no es ni una reivindicación histórica, ni la satisfacción de un amplio reclamo popular, ni una forma de ordenamiento territorial o de mejoramiento de los servicios públicos. Nada de eso. Es pieza clave de uno de los negocios inmobiliarios más ambiciosos de nuestra historia. No tarda en saberse quiénes serán los principales beneficiarios. 
  • El martes asumieron funciones tres nuevos integrantes del Consejo Estatal Electoral. Pura gente de casa: ascendieron su directora jurídica, su responsable de capacitación electoral y su coordinador de comunicación social. Estarán en el cargo durante siete años. Lo interesante es que, según la reforma electoral del 2014, su designación corrió por cuenta del Consejo General del INE, sin ninguna intervención de las instancias políticas locales. Qué bueno, pues de lo contrario ya podrá usted imaginarse las propuestas del gallardismo: El Chiquilín, Desfasiux y la señora de las enchiladas.
  • Ya le ando encontrando la cuadratura al círculo para poder poner a disposición del respetable la documentación que comprueba que esta administración ha entregado a constructores foráneos dos tercios de la inversión y el restante a locales. Es algo relacionado con la nube, una página especial en internet, enlaces y cosas así, que me cuestan trabajo entender. Por lo pronto, para que no haya olvido, eso que dice Gallardo Cardona de que no es cierto, es una mentira monumental.

Hasta el próximo jueves.