La Pasión según San Luis

De lo religioso a lo profano, empieza la semana en que se conmemora la muerte de Jesús. Aunque sea jueves y viernes, o ya de perdis el viernes (y no es lo mismo “solo el viernes” que “sólo el viernes”, la RAE debería recitificar en quitarle la tilde). Para todos hay, sea el festival del queso, de la enchilada o de la primavera, o nomás quedarse en casa leyendo o viendo series. Chamacos y burócratas sí gozan de dos semanas de un envidiable “retiro espiritual”.

Como motivo religioso o literario, hay mucho de dónde escribir sobre esta semana. Sobre los temas: mesías, sacramentos, fiesta, tristeza, representaciones populares y religiosas, comunión y comunidad. Sobre las fechas tradicionales: Domingo de ramos, cuando entra a Jerusalén entre palmas y porras; jueves santo, con su última cena (y su transfiguración en eucaristía) y la traición de Judas; viernes santo, la muerte en la cruz; sábado de gloria, día de quemar judas de cartón (para no meternos en problemas con los “de a de veras”) y de ya no aventarse agua (porque ya no hay), y el domingo de resurrección, cuando se abre la gloria. El martes deberíamos celebrar cuando Jesús entra al templo y a punta de cinturonazos corre a los que lo convirtieron en “cueva de ladrones”.     

Aquí en el terruño, ya el viernes se montaron altares de dolores en varias instituciones y rumbos potosinos. Destacan los del Callejón del Buche, en el barrio de Santiago, reconocidos por fin como patrimonio cultural de San Luis Potosí por el ayuntamiento, en la sesión de este mismo viernes 8 de abril. Como muchos ritos, cada elemento en estos altares a la Virgen tiene su significado: colores, sabores, velas, mantones o agua. Son parte de nuestra cultura y por lo mismo es conveniente conocerlos.

Regresa la Procesión del Silencio con sus encapuchados, centuriones, monguillos y verónicas. No he visto noticias pero igual regresa la Pasión (¿crucificSÍon?) en el jardín del barrio de San Juan de Guadalupe. (Sigo con las ganas de interpretar a Caifás en el escenario de Jesucristo Superestrella, pero esa es otra historia.)

Con cuidado, pues. La pandemia aún no se acaba, dicen los expertos, y no hay día de Dios que no se cuele algún video o audio de miedo en las redes. Muchas desapariciones, sobre todo femeninas; hay algunos casos resueltos, con muchas dudas: el ADN del cuerpo encontrado confirma que es Nayeli, dicen en la FGE, aunque no dicen cómo ni por qué. La inseguridad no se cura con una palabra suya, y ya hasta el mofle descompuesto de un carro antiguo provoca en muchos potosinos un miedo similar al de la alerta sísmica en los chilangos.       

La religiosidad mexicana según Peñalosa

“¿Qué dirían los Meade y el padre Peñalosa?”, dicen sonrientes los potosinos ante cualquier chisme o acción inapropiada. Pues el padre Peñalosa, este monseñor, de nombre Joaquín Antonio, dijo mucho acerca de casi todo, y más sobre nuestra religiosidad. En su libro Vida, pasión y muerte del mexicano (Jus, 1973), dice en el capítulo “La misa del domingo”:    

Peñalosa también cita dichos y refranes que hablan de nuestra forma de acercarnos a lo divino, algunos muy actuales:

Apuntes para una reescritura

En aquel tiempo Jesús llegó a San Luis, luego de pasar varias horas varado en la carretera 57. Paseó por los barrios y por la Calzada, pero nadie lo reconoció.     

Trató de echar a los comerciantes, mas sucedió que lo detuvieron por alterar el orden público. Fue a una boda, y cuando se acabó el vino Jesús pidió que le llevaran agua, pero El Realito se había vuelto a descomponer. 

Acabada la cena fue a rezar a la sierra de San Miguelito, pero Judas ya estaba en trato con Sanhedrín Inmobiliarias SA de CV y lo esperaba con sus abogados y un beso.

Llegó el día de elegir a Barrabás o a Jesús, pero alguien ya le había dado el pitazo a Barrabás, quien se presentó amparado. Al final el fiscal Pilatos se lavó las manos y lo mandó al Gólgota, ocupado como estaba en la consulta de mitad de mandato de Herodes.

“Perdónalos, aunque SÍ saben lo que hacen”, fue lo último que dijo. “Andaba en malos pasos”, fue el parte oficial.   

Nos leemos (espero) el domingo de resurrección. Vayamos en paz (espero).

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