“El conocimiento de cualquier tipo era poder”.
Pablo Elio Adriano, Imperator Caesar Divi
Traiani Filius Traianus Hadrianus Augustus.
Desde la primaria me ha maravillado el Imperio Romano, se lo debo a un maestro de Historia, de esos, de los de antes, que aparte de enseñar sus sapiencias eran hombres y mujeres dignos de emular.
Mi maestro se llamaba Aquilio, un señor a todo dar, que nos hablaba de los romanos con tanta descripción, que en sus clases verdaderamente viajábamos a la Roma de los grandes Emperadores, bueno, al menos yo.
El caso es que siempre he procurado leer todo lo relacionado con ellos. Y Santiago Posteguillo me llevó de viaje como mi maestro de historia con su primera novela, de hecho trilogía “Africannus”, el hijo de Aníbal; sobre Escipión y Aníbal. Ahora leyendo su última novela “Y Julia retó a los Dioses”, es que me aparece por primera vez el nombre de Aquilio, como el de mi maestro de primaria.
Aquilio Félix fue comisario Villarejo y Jefe de los Frumentarii la policía secreta de Roma y es que no se puede construir un imperio sin una policía secreta, la información como el control de datos del oponente tanto interno como externo y en la Roma antigua importaba mucho lo que se decía y no decía dentro. Pero, lo más transcendental “querían saber cosas de las que no deberían saberse”.
En su forma de gobierno Republicano, los romanos carecían de un servicio de inteligencia del Estado, curioso es que aparecen durante las rebeliones civiles para derrocar a la Republica instaurada, los primeros servicios secretos de información en manos de la milicia y al servicio de Cesar y de Pompeyo.
En el periodo más poderoso de la antigua Roma y de su imperio, es cuando se dan las bases de la policía secreta romana durante las regencias de Antonino Pio, Marco Aurelio, Lucio Vero y el famoso Cómodo, digo famoso gracias a la película de “El Gladiador”.
Los estudiosos del Imperio Romano están de acuerdo que los Frumentarii, evolucionaron como espías e informantes de las Gens (organizaciones tipo jurídico políticas de los Patricios, su fortaleza eran los lazos solidarios y religiosos que unían a los gentiles y era considerada la más antigua vida comunitaria de la sociedad romana y que antecedió a las civitas).
Casi cien años después de Cristo, el sostenimiento del Emperador en el poder, era más una cuestión militar que era encargada a la Guardia Pretoriana en turno, es así que inician los servicios de información estrictamente de carácter militar de espionaje y de operaciones encubiertas; algunos estudiosos discuten que llegaron a más, hasta cuestiones de inteligencia y de contrainteligencia en derrocamientos y asesinatos de Senadores y Emperadores. La protección del Emperador y de su familia se convirtió entonces en una cuestión vital de seguridad con información, para poder fundar una dinastía en el poder. La mayoría de los Emperadores fueron asesinados, solo Marco Aurelio murió por la peste. Y las actividades de información e inteligencia tenían ya más que ver con lo que sucedía en Roma, que en los territorios conquistados. Dicen que los romanos nunca fueron tan brillantes para ver a sus enemigos, como lo fueron para verse y mirarse entre sí.
TAPANCO: Dos mil años después, la obtención de información sigue con los principios básicos: el dato, se procesa en información, que genera conocimiento y puede o no resultar en inteligencia que es información explotada. ¿Hoy, El Presidente, un Gobernador o un Alcalde estarán informados? O tendrán otros datos… ¿Usted qué cree?
Francisco.soni@uaslp.mx
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