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‘Me quiere fregar’

Por Sergio Sarmiento

Agosto 23, 2021 03:00 a.m.

“Perdona a tus enemigos, 

pero nunca olvides sus nombres”. 

John F. Kennedy

“López Obrador me quiere meter a la cárcel con el testimonio de dos testigos balines”, dijo Ricardo Anaya en un video este 21 de agosto. “O sea, López Obrador me quiere fregar a la mala”. El excandidato presidencial anunció que estará “fuera por una temporada”. 

El lenguaje populachero sugiere que la afirmación tiene un propósito político. No es un posicionamiento jurídico. La Fiscalía General de la República no ha señalado si prepara o no una orden de aprehensión contra Anaya, quien está haciendo campaña para postularse como candidato a la Presidencia y aparece en las encuestas como puntero en la oposición; pero el presidente López Obrador sí respondió en Facebook: “No tengo nada que ver con la persecución que supone Ricardo Anaya. No es mi fuerte la venganza. Si la Fiscalía y el Poder Judicial lo acusan de corrupción y es inocente, que no se ampare ni huya; que se defienda con pruebas y con la fuerza de la verdad. Ya no es el tiempo de antes: puede haber políticos presos, pero no presos políticos”. 

El exdirector general de Pemex, Emilio Lozoya, llegó a México extraditado de España el 17 de julio de 2020. Pese a que se le acusa de operaciones con recursos de procedencia ilícita, cohecho y asociación delictuosa, no ha pisado la cárcel. Ha presentado en cambio declaraciones que señalan que sus exjefes, el expresidente Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray, ordenaron actos de corrupción. Dice que entregó dinero a Anaya y a otros miembros del PAN para respaldar el deseo de Anaya de ser gobernador de Querétaro y para convencer a los panistas de aprobar la reforma energética de 2013. Lo curioso es que esta reforma siempre había sido postulada por el PAN, por lo que no se entiende para qué se necesitaban los sobornos. 

Dice López Obrador que su fuerte no es la venganza, pero los hechos lo contradicen. Mientras que Lozoya huyó a España y tuvo que ser extraditado, la exsecretaria de desarrollo social Rosario Robles regresó a México a encarar una acusación por ejercicio indebido del servicio público en la modalidad de omisión. El presunto delito no amerita prisión preventiva, pero ella ha estado encarcelada desde agosto de 2019. 

El único detenido por las acusaciones de Lozoya es el exsenador panista Jorge Luis Lavalle, a quien se acusa también de operaciones con recursos de procedencia ilícita, cohecho y asociación delictuosa. Al contrario de Lozoya, él sí está en la cárcel. Peña Nieto, quien supuestamente ordenó los sobornos, no ha sido siquiera llamado a declarar. 

Anaya ya fue víctima de una acusación con motivación política. Durante la campaña de 2018, en la que amenazó con encarcelar por corrupción a Peña Nieto, fue investigado por una supuesta operación de lavado de dinero. Una vez que terminó el proceso electoral, dos días antes del fin del sexenio, la PGR determinó que “no existen datos de prueba suficientes aún de manera circunstancial que permitan acreditar el hecho”. 

El Estado mexicano ha utilizado con anterioridad acusaciones penales para descarrilar a aspirantes políticos. Esto lo afirma el propio López Obrador, quien enfrentó un proceso de desafuero en 2005 tras desacatar, como jefe de gobierno del Distrito Federal, un fallo de un tribunal. Solo que Fox no presentó después acusaciones formales contra AMLO. 

Hoy la FGR prepara, al parecer, acusaciones contra Anaya basadas en afirmaciones de un testigo beneficiado que dice lo que el gobierno quiere escuchar. La venganza sí parece ser el fuerte de López Obrador. 

El cierre

Se ha extendido nuevamente, ahora hasta el 21 de septiembre, el cierre de la frontera terrestre con Estados Unidos. La medida no tiene sentido sanitario, porque se aplica solo a mexicanos y no a estadounidenses. Es un triunfo de las ideas antimexicanas de Donald Trump, ratificadas por Joe Biden.

  

Twitter: @SergioSarmiento