Mirador
Este amigo mío con el que tomo la copa -varias- los martes por la noche me cuenta que acaba de ver en su tableta una película cuyo director ofrece tres finales diferentes para el film: uno feliz, otro desdichado, y el tercero mitad y mitad, como suelen ser casi todos los finales de la vida humana.
-La verdad -me dice- es que no existe eso que llaman la felicidad. Tenemos a veces momentos agradables que bien podríamos llamar felices, pero nadie jamás ha vivido en una dicha permanente. Si alguien viviera así se aburriría bastante, como supongo que se aburren las almas en el Cielo, si es, como lo describen, la morada de la eterna bienaventuranza.
-El tedio es algo muy tedioso -opina mi amigo vaciando su copa y llenando la mía-. Para evitarlo la solución son los problemas. Si no tienes ninguno estás en el camino de aburrirte.
Concluye mi amigo:
-En estos días no tengo ningún problema, y me aburro. Voy a buscarme una mujer.
Extrañas cosas dice este amigo mío cuando toma la copa. Y más extrañas aun cuando yo tomo varias.
¡Hasta mañana!...