Mirador

Desde niño aprendí a verlos con admiración, y a derivar lecciones de su vuelo. 

Se deslizaban indolentes, como veleros por el mar del viento, con el sol cabalgándoles sobre la espalda y la brisa rizándoles el plumón blanco de las alas. Caían de pronto, como si la mano de la muerte los hubiese cogido y arrojado a tierra. Pero se levantaban triunfadores, con un grito de victoria y entre las garras una pequeña víctima. 

Los halcones y los gavilanes, adorno del cielo y ojos penetrantes del mundo, están a punto de desaparecer de México. Son especies en vías de extinción. Los cazadores los persiguen para convertir su vuelo grácil y su bravura noble en una grotesca momia rellena de algodón que se cubre de polvo en una repisa. 

Los halcones de Góngora... Los gavilanes de Machado... 

Un disparo de rifle calibre .22 y el mundo en que vivimos se hace un poco menos bello. 

¡Hasta mañana!

MANGANITAS.