Mirador

“Dame, Señor, una buena digestión y, si puedes, algo también qué digerir.

“Dame la salud del cuerpo y el buen sentido que se necesita para conservarla. 

“Dame un espíritu sano que sepa escoger lo que es bueno, pero que no se asuste a la vista del pecado, de modo que si lo comete pueda poner de nuevo todo en orden.

“Dame  una mente que nunca sepa lo que es el  aburrimiento, y no permitas jamás que me preocupe demasiado de esa criaturilla tan tonta y vanidosa que se llama ‘yo’.

“Dame finalmente, Señor, el divino sentido del humor. Dame la gracia de saber reir cuando me cuenten un buen cuento, a fin de poder disfrutar algo de la vida y ayudar a que también la disfruten los demás. Amén”.

He recordado nuevamente esta plegaria que escribió Thomas Moore, santo, el año de 1525. Se llama “Oración para conseguir un buen humor”. Vale la pena recordarla siempre, sobre todo en los momentos de humor malo.

¡Hasta mañana!...