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Modelo guardián-policial

Por Francisco Salazar Soni

Junio 02, 2022 03:00 a.m.

A

“Ni siquiera yo me despierto luciendo como Cindy Crawford”. 

Cindy Crawford. 

La intempestiva puesta en marcha de modelos policiales “nueva policía o guardia”, tiene sus asegunes. Si bien es cierto la cruda realidad de adaptabilidad de los cuerpos de seguridad a los nuevos escenarios de delito y de violencia, estos deben ser acordes a las circunstancias de un mísero proceso de democratización que han tenido. A menor democratización de las instituciones de seguridad mayor ineficacia, corrupción y violaciones a los derechos humanos, tanto a ciudadanos como a los propios integrantes de las instituciones.

No existe un modelo puro de policía, que mínimamente se acerque a lo que en México llamamos servicio público. Dicen, aquellos que no le saben, que el delito es igual aquí que en China, por tanto, los delincuentes también son iguales, falso. Así, también aseveran que un policía es policía en cualquier parte, también, nada más falso. O como diría un narigón polveado, el que es perico es perico donde sea.  

Mire Usted, hace ya algunos años que me otorgaron unos cursos de profesionalización con el FBI, otros con los RAID franceses y hasta con israelitas. Nada que ver con nuestra realidad, nuestras instituciones y mucho menos con los marcos jurídicos que nos rigen acá.

Las estrategias de orden público se están actualizando en el mundo, sin duda, algunas tienen que ver con los flujos migratorios, con las drogas sintéticas en las calles, violencia generalizada, cultura de la ilegalidad, corrupción policial, uso de la fuerza indiscriminado con el uso de armas de fuego, etc. 

Cada país y cada territorio tienen sus propias circunstancias de inseguridad que deberían obligar a articular respuestas claras, eficaces, inmediatas y mediatas de aquellas que se ofrecían en otros tiempos, con otras sociedades y con otras idiosincrasias. Sociedades modernas, complejas, con sistemas políticos distintos a los de otras épocas, las sociedades son cada vez más desiguales, más informadas, con otros niveles de estudios y de desarrollo, más renuentes a aceptar el palo, tolete, macana o cachazo por los “tanates” de una autoridad. 

Los sistemas políticos son más diversos ya no hay una hegemonía de credo político, es más, ahora las sociedades son más apolíticas y desconfiadas, no les doran la píldora tan fácilmente, por más verbo cantinflesco que les tiren en seguridad y justicia.

Entonces, los modelos de policía, sus concepciones, las misiones, las visiones y sobre todo su legitimidad, tienen que cambiar y adaptarse. De lo contrario la “nueva policía, guardia, o el nombre que usted le guste”, va a fracasar, al tiempo.

TAPANCO: La mayoría de las instituciones de seguridad han importado modelos de policía de otras latitudes, parches de aquí, de allá y de acullá. Bueno, hasta la jerarquización, ojalá advirtieran a un Comisario General de cualquier policía de Europa y luego lo contrastaran con uno de aquí.

Los modelos que se han importado, lejos de aportar algo positivo han desdibujado la concepción de las policías locales, sus funciones y sobre todo las han sobredimensionado, la realidad es que no tienen capacidades la mayoría de ellas.

Sin duda son tiempos violentos, que necesitan un cambio de dirección, pero como decía un policía de la vieja guardia, “todo cambio brusco de circulación provoca accidentes en las carreteras y en la vida más”.  

Sin una estrategia focalizada de reducción de la violencia y de homicidios por comunidad específica afectada por pequeñísimos grupos productores de violencia y no solo por territorio, no habrá modelo que alcance.

Francisco.soni@uaslp.mx 

Twitter: @franciscosoni