¡Morena va!

Morena es el partido del movimiento “lópez obradorista”, advierte Alejandro Rojas Díaz Durán. En efecto, aunque otros partidos políticos se refieren a sí mismos como “aliados” del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), resulta que el pueblo no les ha otorgado en ningún momento ese “estatuto”. Por convenir a intereses de mera coyuntura, las élites de otros partidos ofrecen luego sumarse a una causa mayor si les reditúa electoralmente, pero no porque asuman de fondo el programa de la cuarta transformación (4T). De allí que, ciertamente, hay que precaverse de la propaganda que resulte ajena al partido que, legítimamente, es decir, Morena, representa ampliamente los intereses populares desde su origen, y no para colgarse, de cuando en cuando, de la figura presidencial y sus políticas de bienestar para la mayoría social.

Una muestra de lo antes señalado es la reciente votación de la iniciativa de reforma a la industria eléctrica en la actual legislatura federal, donde el Partido Verde ha votado en contra de la iniciativa presidencial, poniendo en duda el presunto compromiso de apoyo para AMLO en su propósito de consolidar la 4T. Lo que se evidencia en términos políticos es un desencuentro que va más allá de cualquier argumentación de carácter técnico-instrumental, ya que para Morena es una reorientación de fondo en un sector estratégico para la política económica transformadora del presidente AMLO y que, además, no tendría por qué sorprender si fue parte del programa ofrecido en 2018 para recuperar lo sustraído al patrimonio nacional y que, ahora, se cumple como respuesta a un mandato popular.

En la actual coyuntura electoral, varios partidos, pues, procuran mimetizarse con la cuarta trasformación, tratando de pescar en un río, ciertamente revuelto por los reacomodos que se dan por la disputa de candidaturas para cargos públicos. Sin embargo, no se debe de perder de vista que Morena es una institución política nacional, con todo lo que eso implica; esto es, como un espacio de participación popular, amplio y plural, con un ideario y programa de transformación del poder público en favor de los sectores más empobrecidos por las políticas del “prianismo” neoliberal y que, impulsado por el presidente AMLO, se ha vuelto hegemónico. Por eso, la embestida de la derecha se ha vuelto feroz, tratando de recuperar una dominación que, antes, usufructuaron sin límites, sin rubor.

Por eso, a pesar de los desencuentros que se han producido en Morena, propios de cualquier partido que también está en proceso de consolidación institucional, con motivo de las designaciones de sus candidatos a distintos puestos de elección popular, se debe apoyar el proyecto de transformación que el presidente AMLO sigue empujando porque, como antes ya se ha comentado en este espacio, se trata de una larga travesía que, por supuesto, encuentra resistencias de muy diverso tipo, pero que no puede detenerse por intereses personales o de facción. Rumbo al 6 de junio, día de la jornada comicial, Morena arranca con una importante ventaja sobre los demás partidos competidores, en buena medida por la aprobación que sigue concitando el presidente AMLO, por lo que no es aventurado afirmar que un voto en contra de Morena es contra el proyecto de la cuarta transformación. 

Tanto en el ámbito nacional como local, ¡Morena va!, porque contiene el mejor proyecto de bienestar que demanda la mayoría de la población y en 2018 el pueblo delegó en su favor, por lo que en 2021 no será la excepción.

LA CAMINERA.- En los próximos días se definirá la Presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en la entidad potosina. Destaca la propuesta y perfil de María del Rosario Torres Mata, quien cuenta con más de 16 años de activismo y acompañamiento a favor de personas en situación de víctimas. Ha sido parte de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas en el plano federal.