Morir inseguro

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“La muerte no es la mayor 

pérdida en la vida. 

La mayor pérdida es lo que 

muerte dentro de nosotros 

mientras vivimos”

Norman Cousins

Mi abuelo me cantaba, siendo muy pequeño quien esto escribe, -Se va la muerte la muerte cantando por entre las nopaleras ¿En qué quedamos pelona? ¿Me llevas o no me llevas?-. En la oscuridad de la noche donde tenuemente veía el reflejo de su perfil ya cansado, solo iluminado por el quinqué de petróleo que nos acompañaba en esas noches de poesía, canciones y cuentos de espíritus. 

A muchos la pandemia ha venido a descarapelar, pedacito por pedacito, el engreimiento y a ponerles los pies en la tierra, por sí se estában haciendo tontos, por no decir “majaderías”, como decía mi abuela, de que la vida es arrebatada en un santiamén, sin más, seas quien seas y tengas lo que tengas o por más cabroncito (a) que te sientas. ¡Espántalos panteón! Diría la raza. 

¿Ya lo tienen? ¿No lo tienen aún? Me refiero a un paquete, ahora a todo lo llaman paquete, de un Servicio Funerario, a cuantos de nosotros nos ha rondado por la cabeza desde hace unas semanas, estar al tanto de ¿Cuánto cuesta un servicio fúnebre? 

Sin duda habrá hombres y mujeres prevenidos asegurados, que no quieren dejar problema a sus deudos, o a lo mejor llevaban una vida aburrida y para desaburrirse planearon hasta el protocolo de su muerte. Y cuentan con “pompas fúnebres”, ignoro porque lo de pompas, pero en fin. No obstante, estoy casi seguro, que habremos otros muchos que ni siquiera hemos pensado en ello, los más por cuestiones económicas y los menos por decidia acobardada.

No concibo los funerales más que de la única forma que tengo en mi memoria, en mi pueblo de la huasteca, eran en la casa del fallecido, el ataúd con cuatro cirios grandes y velones, en la sala, o en el patio, donde alrededor se colocaban sillas, algunas de madera, pero las más de lámina de una marca de cerveza, no había de plástico todavía, con media docena de señoras hincadas murmurando plegarias perfectamente sincronizadas. Bastaba una mortaja, ataúd de madera de pino (no había aglomerado), y un hoyo.

Me perturban los sepelios, más los de ahora, exageradamente sofisticados, profuso lujo, excesivo perfume, zapatillas, bolsas y sacos de marca, con talantes de mártires que no pasarían la prueba de audición en la peor escuela de arte dramático, por más cafeína que tengan. Y en algunos dan hasta bocadillos, quien pu… puede tener hambre en un funeral, me pregunto.

Les llaman “Plan Previsor”, dicen que tiene sus ventajas: La pandemia llega rápido, hay que elegir con tranquilidad lo que anhela para esos momentos ineludibles; tome providencias correctas al no tener el estrés de la pandemia y el dolor de una perdida, y solucione hoy, lo que mañana sería un problema para los suyos. 

La Tasa de mortalidad del Covid-19 depende de la edad, salud y sexo. Edad: De los cincuenta a los ochenta. Salud: Cardiovascular, diabetes, enfermedades respiratorias, hipertensión y les afecta más a los hombres que a las mujeres.

TAPANCO: Estamos en Fase 2, la de mayor riesgo hasta principios de mayo. Enclaustrese, algunas personas tenemos más probabilidades de morir si nos contagiamos, la mayoría no se caracteriza por ser gente sana. Conviértase en un sujeto Seguro y Útil. Manos limpias, estornudar en el interior del codo, no tocarse la cara, distancia lejana y si se siente mal quédese en casa (si tiene fiebre, tos y le cuesta respirar, busque atención médica y llame antes de salir a un hospital). 

Ah, y tramite su paquete de “pompas fúnebres”, por sí acaso, muera seguro.    

Francisco.soni@uaslp.mx 

twitter: @franciscosoni