Oda por la salud

Buscando un párrafo en donde descansar los ojos y para no pensar en lo más pensado, me detuve en algo que parece serio, es serio, pero roba la sonrisa, afloja el ceño y termina por hacerme pensar que hay esperanza. Se los comparto:

“Vayan, botes de la sangre,

Lleven su cargamento de alivio a los puertos del cuerpo,

Descarguen término sobre el inflamado dedo gordo del pie,

El dedo contorsionado por el dolor,

Engañen las exhaustas terminaciones nerviosas rumbo al sueño.

Partan, timoneles, ya tienen carga.”

Imaginé a su autor y los pueblos del mundo, unidos en esta oda por la salud. No en el momento de su decubrimiento sino hoy, cuando en diferentes puntos del orbe -como en Ecatepec- se clama por la llegada de las vacunas, su aplicación y el gran efecto que sería la inmunidad.

Este corto poema haciendo gracia del humor nos muestra en pocos renglones el milagro de la aspirina y entre imágenes cómicas y míticas exalta a sus decubridores a quienes eleva al nivel de las divinidades antiguas...

“Aquí está la salud para ustedes. Les limpio el camino.

A la espera de su entrega,

Sueño con estatuas a caballo pálidas como gis

Erigidas a los descubridores de la aspirina

Quienes caminan radiantes por las aguas del Leteo,

Con Bayer en las nalgas, en almidonadas batas de hospital.”

Importante en estos tiempos conservar el humor que emana de la adversidad, tal como en aquellos años antes de la aspirina. Después de ella, las jaquecas dolores musculares y otros malestares menores “pasaron a la historia” y se olvidaron a minutos después de tragar la famosa pastilla lanzada al mercado en 1899, gracias a los trabajos del joven químico alemán Félix Hoffman. 

No cabe duda que no ha sido obra de la casualidad o solamente la buena voluntad lo que ha permitido los avances científicos reflejados en la salud. Vemos, cómo a través del tiempo, ha sido necesaria la convergencia entre ciencia, empresarios y sector público. Mas parece ser que hoy en día, la dinámica  se centraliza y por lo mismo la velocidad para hacer llegar los beneficios de la ciencia se entorpecen. 

Así, mientras se organiza la estrategia, tomemos aire y concedámonos el permiso de reír con los versos de X. J. Kennedy, autor de “Al tomar aspirina” que aquí he compartido con ustedes.