Orden con desorden

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“La intervención (manifestaciones) de las fuerzas de seguridad pública deberá hacerse por personas con experiencia y capacitación específicas 

para dichas situaciones y bajo protocolos 

de actuación emitidos por el CSNSP”. 

Ley Nacional sobre el Uso de la Fuerza.

En México los operadores políticos cargan el fantasma del movimiento estudiantil del 68´como un quiste. Las represiones violentas con lesionados o muertos de jóvenes, es por ende también la muerte política de un Presidente, Gobernador o de un Alcalde. Lo saben, de ahí a dar la orden del despliegue policial o militar en contra de protestas juveniles, hay un gran intervalo de lentitud decisiva y de cabildeo con medio mundo. 

La puesta en marcha de un operativo de intervención policial del orden público, puede ser, las más de las veces la fisonomía más brutal del poder de coacción de un Estado. La delgada línea del orden público y sus leyes.  

Recientemente han surgido distintas provocaciones y problemas concernientes con la actuación policial antes, durante y posterior a las protestas públicas, o por resultado de actos racistas, clasistas y de abuso del poder o de la fuerza por parte de las policías a nivel mundial.

La militarización y regímenes poco democráticos, el uso excesivo de la ley y el orden en algunos lugares, o la usencia total de la ley y el orden en otros, el abandono de un Estado de Derecho robusto que reconozca y de certidumbre a sus ciudadanos, han propiciado el desorden público.

La CPEUM es clara, -la seguridad pública es una función del Estado a cargo de la Federación, las entidades federativas y los Municipios, cuyos fines son salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas, así como contribuir a la generación y preservación del orden público y la paz social…-

Pues para lo anterior, se necesitan de Instituciones de Seguridad profesionales y civiles. Las policías responsables del orden público en el mundo, son las más capacitadas por su sensibilidad extrema y su alta potencialidad conflictiva en la gestión policial.  Cada vez más vamos a ser testigos de participaciones masivas de jóvenes en protestas, con el componente de ser fundamentalmente estratégicas con resistencias violentas y de enfrentamiento directo con los policías. Ríos revueltos con prácticas de activismo de confrontación, la toma y expropiación de espacios públicos y no, (calles, jardines, zócalos, plazas, inmuebles, comercios y todo aquello que represente su protesta), sumado al involucramiento de una vasta y compleja base social. 

Las protestas serán más directas y populares, con cargas emocionales muy fuertes, las instituciones de policía lo deben saber, van a ser más solicitados para hacer formaciones -con o sin PR24-, para el manejo y control de manifestaciones utilizarán dispositivos que generen descargas eléctricas, esposas o candados de mano, sustancias irritantes en aerosol, y mangueras de agua a presión.

TAPANCO: Inconveniente, su alta visibilidad cuando estén en el “control” de las protestas, espacios abiertos, con gente por todos lados, los protestantes, mirones y medios de comunicación que harán registros fotográficos y de video de todo lo que acontezca. Los derechos humanos de los protestantes y de los policías se verán incompatibles con el uso legítimo de la fuerza y la delgada línea del quebrantamiento del orden público y la paz social. 

El horizonte se ve negro para las policías mexicanas, serán las que paguen los platos rotos de la alta conflictividad social de los nuevos tiempos. Agréguele, “manos invisibles que mueven la cuna”.

-¿Oiga mi Lic., a quien culpamos del zafarrancho en la protesta de ayer en la tarde con los jóvenes?- 

-Pues, al wuey que estaba al frente del operativo, le dije que no quería saber de fotos de policías madreando a chavos ni mucho menos videos -.  

-¿Al comandante de la policía?-

-El que sea-.

Francisco.soni@uaslp.mx twitter: @franciscosoni