-Salía un policía cuando yo entraba-.
-¿Cómo sabías que era un policía?-
-Porque lleva un corte de pelo horrible, va mal vestido
y esos aires de prepotencia-.
Película: "Los Infiltrados "
de Martin Scorsese.
Hace algunos años fui invitado por la Academia Superior de Seguridad Pública de la otrora Policía Federal, a una conferencia sobre "Delincuencia Organizada y su impacto en las estructuras y elementos de Seguridad Pública". Los cadetes en su gran mayoría como cualquier joven que ingresa a una institución de seguridad, tienen dudas respecto a que les esperará una vez que concluyan su ciclo de formación. Otros, suponen entre mitos y realidades que será una suerte de aventura y adrenalina su vida en el servicio público.
La noción que tienen de ser policía, es confuso por decir lo menos, así como de cuál va a hacer su papel una vez incorporados a la institución oficial. "El cumplir y hacer cumplir las normas", se desdibuja desde su formación, la línea delgada entre ser delincuente con placa y policía, subsiste abstraído en la nebulosa del "deber ser".
Sin una estrategia nacional de capacitación, formación y profesionalización focalizada en la prevención del delito y el combate frontal a la delincuencia, los jóvenes cadetes egresan sin el sentimiento de "proteger y servir", sin mística de servicio.
Lo que los hace altamente vulnerables, primero, de ser seducidos por la organización delictiva que opera ya en las propias instituciones altamente jerarquizadas verticalmente a las que se van a incorporar, y segundo, por delincuentes comunes y organizados.
En todo el mundo existen y operan organizaciones criminales, no es una particularidad de nuestro país. Con una discrepancia, que existe una clara separación de poderes y atribuciones: -Unos están para violar la norma y otros para hacerla que la cumplan-. En otras naciones, los nuevos agentes del orden ingresan a instituciones de seguridad y justicia altamente certificadas en procedimientos y estándares de calidad, así como de rendición de cuentas; sin obviar, que tienen como excepción y no como norma oficiales de la ley que son corruptos y cooptados por el crimen organizado.
No se puede seguir por la misma ruta. Inversión de tiempo, dinero y esfuerzo por "profesionalizar y capacitar" a un cadete, (es como meterle dinero bueno al malo), más tarda en terminar su cursillo, que en lo que ya fue corrompido por su propia institución de seguridad y justicia, a la par que le son violados sus derechos humanos primordiales. Termina en una suerte de iniciación criminal en la calle y en los caminos con delincuentes no presupuestados que operan con los de la nómina.
TAPANCO: El presidente de China Xi Jinping hace poco se reunió, condecoró y felicitó a policías y fiscales por su destacada labor en la campaña "China Pacífica", para combatir los delitos organizados y relacionados con las pandillas. En Beijing, se inició una campaña de tres años contra las pandillas y los funcionarios que protegen a las organizaciones criminales (más de diez mil de distintos niveles, han sido detenidos o despedidos), tres mil 600 organizaciones delictivas análogas a las Triadas chinas (mafia), han sido desarticuladas en los últimos tres años.
Francisco.soni@uaslp.mx
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