Orwellianos estamos
A un mes de entregar la banda presidencial, hoy Andrés Manuel López Obrador (AMLO) rendirá su sexto informe de gobierno desde la plancha del Zócalo, escenario principal de su capacidad de llenar espacios. Serán al menos unas dos horas de rendición de cuentas, optimismo y cesión de estafeta a la próxima presidenta, Claudia Sheinbaum.
La cita es a las 10 pero el discurso empezará una hora después. Hay 25 mil sillas disponibles. Dijo el presidente: “Voy a tardar, de una vez lo adelanto, porque es bastante. Por más que estoy haciendo una síntesis, un resumen, me llevará algún tiempo; entonces, vénganse preparados con agua, con sombrilla, sombrero, gorra y paciencia”. Según Milenio, el primer informe de AMLO fue “el más largo hasta ahora con un discurso de una hora con 35 minutos” y el único en el que admitió un yerro “en materia de seguridad: ‘no son buenos los resultados’, dijo”.
La popularidad del presidente al 25 de julio era de 71 por ciento, es decir, su gestión es “aprobada” por una casi tres cuartas partes de la población, según diversas encuestadoras. Pese a yerros y acusaciones, su rating no ha bajado durante casi todo el sexenio, hoy llamado “primer piso” de la “cuarta transformación”, ya que su consolidación, el famoso “segundo piso”, estará a cargo de la primera mujer presidenta de México. Esperemos continuidad y no continuismo.
¿Alcanzará en rating a La Casa de los Famosos (LCDLF)?
El programa de Televisa, basado en el reality show Big Brother, “ha registrado más de 6.5 mil millones de reproducciones en video en redes sociales (Facebook, Instagram, TikTok, YouTube y X) que la convierten ya en la emisión con más video views en la historia de nuestro país, sumando 30% más de audiencia de lo que tuvo la edición pasada del mismo reality durante todas sus transmisiones”.
Aunque uno no quiera, las tendencias y tópicos sobre ese programa son los más vistos en las redes. Actitudes misóginas e insultos, gordofobia y hasta agresión son alternados con bailes y chistes como parte de la “estrategia” de quienes se supone incomunicados ante el mundo exterior. A cual más nefasto. Televisa tiene como programa “humorístico” algo que se llama Me caigo de risa, así que no debe sorprender su idea de “drama”.
El nombre de esta columna viene de 1984, novela futurista, distópica e irónica de George Orwell, igual que el término Big Brother. En ese escenario hay en todas partes las llamadas telepantallas, que permiten al Estado ver todo lo que hacen los ciudadanos. El supuesto líder, su rostro, es el gran hermano que todo lo ve; quien osa pensar contra lo establecido comete “crimentales”, y durante los “dos minutos de odio” las telepantallas muestran imágenes de sus enemigos políticos (sobre todo de “Emmanuel Goldstein”, líder de la “disidencia”) para que la población les grite, los insulte y hasta arroje objetos hacia ellos (más bien, hacia su imagen, quizá inventada por los ideólogos).
LCDLF tiene como premisa el encerrar a varios “famosos” y transmitir su día a día todo el día, y que entre la votación de ellos mismos y del público se elija a un ganador. El encierro, la personalidad de sus habitantes, pero más el guion de la televisora, hace aflorar lo peor de ciertas personas, adentro y afuera de “la Casa”. Que de veras sean famosos o “chistosos” no es el tema, sino que “generen contenido”, y vaya que hay memes sobre esas “celebridades”, que al ser eliminadas se dedican a disculparse porque en realidad “no son así”.
De regreso a lo político, pero también en el terreno de lo ideológico, tenemos que el Congreso ya aprobó la desaparición de varios órganos autónomos, entre ellos el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) y sus correspondientes estatales. Si bien tenían muchas fallas, fue un logro que hubiera un órgano garante del derecho a la información gubernamental. Ya abundaremos.
En cuanto a la reforma judicial, se sabe que además de paros y manifestaciones, cuatro jueces federales promovieron un juicio de amparo. Ayer sábado, Felipe V. Consuelo, Juez Tercero de Distrito de Amparo y Juicios Federales en el Estado de Chiapas, concedió la suspensión para que en caso de aprobarse no se mande a estados. El 6 de septiembre se definirá si la suspensión se aplica como definitiva.
Aquí y allá, historias editadas al arbitrio de “la jefa” o “el jefe”.
“Lo horrible de Los Dos Minutos de Odio no es que uno esté obligado a actuar un papel, sino que es imposible evitar unirse”, dice 1984.
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