“La Revolución mexicana fue la Revolución perfecta,
pues al rico lo hizo pobre, al pobre lo hizo pendejo, al pendejo lo
hizo político y al político lo hizo rico”.
Adolfo López Mateos
Expresidente de México
A un año de las votaciones que por primera vez se efectuarán en las treinta y dos entidades federativas el mismo día, el horizonte en seguridad no es nada prometedor y pelearan grupos criminales por entrar en la contienda con “sus” candidatos a los miles de cargos políticos que están en juego. O ¿Habrá todavía alguien a estas alturas que dude lo contrario? Nunca como ahora, ha favorecido al crimen el entorno geopolítico de división y de novatos actores en la política, para mimetizarse en las próximas elecciones.
Es bastante apetitoso criminalmente hablando, ocupar un cargo de elección popular por la vía legal y demócrata, coexistiendo en las estructuras delincuenciales del país, ya sea en alguna Gubernatura, Congreso Federal o Local o en alguna de las Alcaldías.
En quince Estados cambiarán desde el Ejecutivo, Alcaldías y Congresos, en trece Estados sus Ayuntamientos y Diputados, en dos Estados únicamente legisladores y en otros dos solamente Presidentes Municipales.
¿Por qué es importante para la delincuencia organizada o no, situar a sus personeros? Por la ruta 2024 y por, 21 mil 360 puestos políticos, mil 63 diputaciones, mil 924 Alcaldes y 431 chambas de juntas municipales.
Advirtiendo y tomando en consideración la evolución de las organizaciones criminales del concepto de control de la seguridad pública, en una representación más institucionalizada, no es de sorprender que se luche por un planteamiento local y estratégico en un entorno geopolítico.
Mientras que a nivel Federal se desdeña articular seguridad pública desde lo local, los delincuentes organizados han apostado desde hace ya un tiempo por hacerse del control de la seguridad desde la esfera local. Tienen sus propias estructuras políticas de inversión, comercio y de seguridad municipal (que pongan de titular de seguridad a éste exmilitar Sr. Presidente, dice el patrón). Para “aquellos”, integrar la perspectiva local en el tratamiento de su propia seguridad y permanencia territorial es un componente eficaz para hacer frente a desafíos de otras bandas criminales o de amenazas de las Fuerzas Armadas.
Mire Usted, los once Estados que en el 2021 por su propia naturaleza histórica de evolución de la inseguridad, así como de su PIB y posición geopolítica y estratégica que serán botín de disputa: Las dos Baja California, Sinaloa, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Sonora, Nayarit, Zacatecas y Nuevo León. Los otros Estados, que se distinguirán como satélites y opcionales de más expansión criminal serán: Campeche, Querétaro, San Luis Potosí y Tlaxcala.
Sin poder lograr una noción de Política Criminal más ambiciosa, que de cero corrupciones y más militarización, directamente como un ejercicio unilateral del poder, pero con ausencia de confrontaciones, los discursos contra la inseguridad y la violencia son bien recibidas por los delincuentes. Dicen que la seguridad debe ser democrática, el problema es que “aquellos” son monarcas absolutos.
TAPANCO: Señalaba Thomas Hobbes, que en el ejercicio de los Derechos sería imposible si el Estado como tal, no eliminaba a quienes les disputaban su soberanía. Las personas deben celebrar un pacto, donde le entreguen todo el poder a un soberano y este a su vez les garantice alcanzar la paz y la seguridad, dando origen al llamado Estado moderno.
¿En el 2021 obtendrán el poder soberano personas bien intencionadas? ¿Usted qué cree?
Francisco.soni@uaslp.mx
twitter: @franciscosoni