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Otro apunte

Por Óscar G. Chávez

Marzo 04, 2023 03:00 a.m.

A

Son contadas las ocasiones en las que se analizan con detenimiento las expresiones coloquiales de los políticos. Profundizar en ellas es una pérdida de tiempo; algunas, es evidente que los emisores las pronunciaron simplemente porque tienen boca (pero sin comprender aún los alcances, ya no digo del raciocinio, sino de la gramática y la sintaxis); en otras, es perfectamente lógico que los dichos son producto de las necesidades del momento y, la mayoría, son falsedades vertidas al calor de los compromisos. Definitiva pérdida de tiempo.

No obstante, dentro de las excepciones que vale la pena considerar, se encuentran aquellas en las que el formulante lanza amenazas, sentencias de odio o represión no sólo contra sus adversarios políticos, sino contra cualquiera que opine de una forma distinta a la de aquel que detenta el poder, más, cuando se tiene el atrevimiento de hacer pública esa discrepancia.

Hace algunas semanas nuestro irascible gobernador, seguramente como consecuencia de un entripado que le generó las críticas a su arena Potosí, sentenció que aquellos que se oponían a ella, no tenían ningún derecho a opinar por ser opositores  y resabios de la maldita herencia. Como el tema aún no pierde vigencia, ni el de la arena ni el de los berrinches, creo que no están por demás unos cuantos comentarios al respecto. 

Ya en repetidas ocasiones se le ha hecho ver que una construcción de ese tipo va directo a convertirse en un elefante blanco con cargo al erario, sobre todo por la poca utilidad que tendrá una vez que concluya su sexenio. Sobre las especificaciones técnicas y logísticas ni para que abundar, ya otros lo han hecho hasta el cansancio; pero como lo de este sexenio son los caprichos de adolescente berrinchudo, seguro es que se realiza sin importar que la ciudadanía prefiera mayor inversión gubernamental en seguridad o en infraestructura de servicios.

Las críticas y cuestionamientos que provocó y sigue provocando ese monumental foro de la sinrazón fueron más de lo poco que está acostumbrado a soportar el gobernador, pero suficiente para que su carácter fosfórico, alacranado y proclive a la pendencia espetara el nulo derecho de sus detractores a opinar sobre el tema. Aquí es donde se enciende la alerta roja. 

El que un gobernante, por inexperto, berrinchudo u ocurrente que sea, se atreva a hacer este tipo de señalamientos es un atentado contra el propio sistema democrático que lo ha llevado al cargo. Las propias divergencias son las que generan una pluralidad de opiniones que entre escucharlas, evaluarlas, aceptarlas o descartarlas, adaptarlas y fusionarlas, privilegian y enriquecen el propio sistema político del que forman parte. 

Por el contrario, los dichos del gobernador potosino reafirman lo que desde hace tiempo era previsible, al frente del ejecutivo estatal está un intolerante del tipo de Daniel Ortega, de tal suerte que los que ahora no tienen derecho a expresar inconformidades ni cuestionamientos son los mismos que (si le fuera posible) en poco tiempo los despojaría de la ciudadanía potosina, ya no por ser opositores, sino por pensar distinto a él. 

Todavía habrá quienes recuerden que en 2014 este personaje que ahora niega derechos tuvo la puntada, como alcalde Soledad, de declarar persona non grata al notario Eduardo Martínez Benavente, después de que éste enlistara en una columna los lastres que impedían el desarrollo de aquel municipio. Es decir, el problema no es nuevo, los desajustes de personalidad represora los arrastra desde hace años, sólo que ahora suman a su causa personajes sumisos de la inexistente oposición o corifeos como su secretario de Gobierno, quien en un alarde de ruindad se atrevió a decir que lo que ocurrió con los burócratas despojados del servicio médico, fue porque “ellos se lo buscaron”, mientras su jefe (también en otra infame sentencia) los ponía a un paso de la tumba social y política. Bajos, para no perder costumbre.  

Gracias por la lectura. Por cierto, el día de ayer alguien me recomendó “Calígula, un apunte”, texto de Héctor Aguilar Camín publicado en Milenio (milenio.com/opinión/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/caligula-un-apunte), ojalá lo puedan leer, cualquier semejanza con algún político potosino es mera coincidencia.