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Perfilación femenina

Por Francisco Salazar Soni

Julio 14, 2022 03:00 a.m.

A

“Por decencia caballeros, 

no me cuelguen muy alto”.

Mary Blandy.

-En México tenemos un poco más de 220 mil personas privadas de su libertad, el 94.3% son hombres y tan solo un 5.7% son mujeres, pero hay una progresión criminal femenina en los delitos de robo y homicidio-  

Llegó a su casa y la encontró “patas pa´ arriba” como decía su padre. Era un desorden la sala, el cuarto de estudio, fotografías tiradas por todo el suelo, vidrios rotos, la recámara hecha un desmadre, las cosas del closet tiradas en el piso y su ropa hecha girones.

Aparentemente no faltaba nada, no se veía como un robo, más bien alguien quería destrozarle un poco de su existencia material, como por pura puntada. Qué raro estaba todo. Días antes había encontrado “notas adhesivas” en su automóvil, con signos extraños y sentencias bíblicas: “destruyes a los que hablan falsedad; el señor abomina al hombre sanguinario y engañador”; “envió sobre ellos el ardor de su ira, furia, indignación y angustia, un ejército de ángeles destructores”. Por otro lado, tenía el presentimiento ya de días atrás que lo seguían. 

No tardo en confirmar sus sospechas, reacio a creerlas, fue ella, segurísimo, aquella guapa mujer de hablar despacio, tímida, pero vestida a la moda sensualmente, pensó. Misma que había conocido seis meses atrás en una fiesta del trabajo de las áreas de publicidad y mercadotecnia. Tuvieron una relación nada formal de no más de dos meses, y después él le pidió que por favor no lo volviera a ver, ya que la relación entre ellos estaba más que muerta. Al principio no pareció haberle causado dolor la noticia, se quedó callada, luego agarró sus pocas cosas que tenía en la casa de él y se marchó, no sin antes sentenciarle -Te vas a arrepentir-.  Seguro fue ella, pero, como también le decía su padre “al enemigo puente de plata”, y dio por zanjado el asunto, no contárselo a nadie y menos a la policía, total, fueron solo cosas materiales. 

Días después al abrir el portón de su casa, las luces del automóvil la alumbraron, ahí estaba ella, parada estoicamente dentro del garaje, mirándolo como solo las mujeres saben hacerlo, artificiosamente encubierta la mirada, elegantemente vestida en un casual manga ¾ en tela stretch color negro, con unas zapatillas Badgley Mischka Cher de igual color, pero con el rímel escurriéndole. Él descendió del vehículo y cuando apenas iba a pronunciar la clásica pregunta estúpida ¿Qué haces aquí?, ella le sorrajó un tiro en la cabeza para después descargar todo el cilindro de la .38 special en su humanidad. Ella siguió ahí parada, impávida, viendo de todos los ángulos aquel cuerpo ensangrentado y agujereado. No huyó. 

TAPANCO: Si bien la técnica de la perfilación criminal nació como una respuesta urgente para esclarecer las características de los asesinos en serie en los Estados Unidos, los rasgos demográficos y psicológicos del autor de un delito (postdelictual), o sea, un agresor desconocido. Hoy es la perfilación de mujeres violentas conocidas, la incógnita no es su identidad, sino sus móviles y las características psicológicas, que ahí están, en sus actitudes y conductas. 

En el imaginario colectivo masculino las mujeres son tranquilas, maternales, bondadosas, afectuosas y sobre todo conciliadoras, pero no necesariamente, pueden ser violentas, controladoras, y no tendrían empacho en darle “piso” al masculino, la feminidad no está exenta de la violencia. Aunque desde sus primeros estudios se les disculpaba su violencia, como a principios del siglo pasado Lombroso y Ferrero en sus estudios de la “mujer delincuente”, afirmaban que eran mujeres que no habían evolucionado correctamente y presentaban rasgos más primitivos. 

Aseguraban que los motivos e impulsos de una mujer a delinquir eran por venganza, celos, envidia y represión sexual. ¿Usted qué cree? 

Francisco.soni@uaslp.mx

Twitter: @franciscosoni