Poéticas

Cuando los griegos organizaron los géneros literarios y les dieron rostro (y cuerpo) de musas, no había “narrativa”, y menos “narrativas”, en el sentido que hoy se les da. Las musas griegas, hijas de Zeus (hijo del Cronos, dios del tiempo) y de Mnemosine (diosa de la memoria), eran Calíope (de la poesía y la retórica), Clío (de la historia), Erató (de la elegía o poesía fúnebre), Euterpe (de la música), Melpómene (de la poesía trágica), Polimnia (de la lírica), Talia (de la comedia), Terpsícore (de la danza) y Urania (de la astronomía).

Las artes, así, son hijas del Poder creador y la Memoria, descienden del Tiempo. El viernes 21 de marzo, coincidente con el día en que tradicionalmente empieza la primavera, fue día internacional de la poesía. Hubo muchas actividades, lecturas, libros compartidos. La poesía, siguiendo el simil griego, es hija de la memoria, y tiene muchos rostros. Aunque hay quienes llaman a los géneros literarios “no utilitarios”, por comparación con los “utilitarios” (los periodísticos, los institucionales y los académicos), la poesía cura, salva algunas partes de nuestro ser. Escribir tratando de sacar algo que nos duele es una terapia maravillosa. 

Atiborradas las redes de falsas citas del Quijote, del Principito y de Alicia en el País de las Maravillas, de frases matonas y de descripciones que, enter mediante, quieren sonar a poesía, no es fácil encontrarla. Las noticias no suelen ser poéticas, al contrario. Ante la tragedia cotidiana, la poesía es arma y artefacto, vehículo y remo. En estos tiempos en que las narrativas instan al odio al otro, a todo lo que no es semejante a uno, la poesía es un modo de supervivencia. “Un arma cargada de futuro”, escribió Gabriel Celaya. Roberto Juarroz se pregunta: “¿es la poesía un pretexto de la locura? / ¿o es la locura un pretexto de la poesía? / ¿o las dos son un pretexto de otra cosa, / de otra cosa excesivamente justa / y que no puede hablar?”

Alberto Hidalgo dice: “Si alguien pudiera escamotearme el suelo debajo de los pies, / mi cuerpo quedaría bien parado. / Le da levitación la poesía”. Mi tocayo Roque Dalton (desde su nombre y mi apellido) añade: “Creo que el mundo es bello, / que la poesía es como el pan, de todos. / Y que mis venas no terminan en mí / sino en la sangre unánime / de los que luchan por la vida, / el amor, / las cosas, / el paisaje y el pan, / la poesía de todos”.

Cada vez más hay más noticias falsas, calumnias y acusaciones. En noticias muchas veces pagadas, o sea gacetillas, se acusa a periodistas, funcionarios(as) o colectivos de lo que sea. Cualquier crítica o diferente punto de vista se vuelve motivo de ataque. 

Por ejemplo, las familias que esperaban información de sus seres queridos desaparecidos o no encontrados vieron cerrada la puerta de reconocer sus pertenencias en el rancho Izaguirre. También como ejemplo, se publicó ayer en estas páginas que San Luis Potosí es una de las tres entidades (con Aguascalientes y Quintana Roo) que no activaron el Protocolo Nacional de Atención Integral a Niñas, Niños y Adolescentes en Condición de Orfandad por Feminicidio (NNAOF), vigente desde 2019.

Releo libros de poesía, añado algunos nuevos, y creo que no todo está perdido. Edito libros de poesía y veo un futuro posible.

Escribió Luis García Montero: “Ya sé que otros poetas / se visten de poeta, / van a las oficinas del silencio, / administran los bancos del fulgor, / calculan con esencias / los saldos de sus fondos interiores, / son antorcha de reyes y de dioses / o son lengua de infierno. // Será que tienen alma. / Yo me conformo con tenerte a ti / y con tener conciencia”.  

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Posdata: Voy a Matehuala este lunes, por si alguien de aquellos rumbos quiere platicar de asesoría editorial, corrección y difusión de sus textos. Informes por correo.