Política desenfocada

Hace muchos años el dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Fidel Velázquez, acuñó la frase “el que se mueve no sale en la foto”, para pedir tranquilidad a los aspirantes a contender por un cargo público, principalmente por la presidencia de la república. Don Fidel parecía eterno, y muy en su papel fue el encargado de “destapar” a varios candidatos priistas, pues representaba la “unidad” en torno a una persona designada por el dedo de arriba en el viejo régimen. 

Son famosas las historias de quienes “se disciplinaron” y se quedaron a un paso de la presidencia, con todo lo que ello implica. La categoría de “candidateable” se ganaba con actividades pero también con muchas fotografías y tratar de estar cerca del “mero mero”. Unos lo asumieron y siguieron como apoyo del régimen, unos más se resignaron a la “muerte política” por haberse movido, y sus nombres quedaron al lado de los que sí llegaron.

No es que esa forma de hacer política sea mejor que la actual, pero conviene ver los cambios que se han operado en el sistema político para que todo siga igual. Algunos de fondo, otros meramente de forma. Había incluso elecciones presidenciales o estatales donde solo participaba el candidato tricolor, el del PRI, o ponían como opositor a alguien que no iba a dar pelea, como en algunas recientes contiendas de box.

Antes, las “fotos” eran posadas. Hoy todo parece fuera de foco.

Crecieron los partidos políticos y se ciudadanizó en lo posible a la autoridad electoral, con participación de académicos y sociedad civil. Con sus asegunes pero algo se avanzó. También ha dado de qué hablar la conformación de los organismos electorales, sean consejos o tribunales, pero en general se ha hecho algo a pesar de las triquiñuelas de algunos de sus integrantes, gozosos de ganar bien en esa nueva burocracia.

Lo político atraviesa los tres poderes, y el Judicial, encargado de impartir justicia, no está exento de irse para un lado u otro, sobre todo cuando hay dinero o intereses de por medio. Como en el Ejecutivo o en el Legislativo, hay personas honestas y que quieren hacer las cosas bien, pero hay quienes no y a veces son mayoría. De ahí tantos desencantos por inocencias nunca probadas, sospechosas solturas, decisiones dudosas o expedientes desestimados, por tantos inocentes que están en la cárcel mientras los rateros “de a de veras” andan como si nada, algunos hasta en campaña.

De todo ha habido en estas campañas políticas, de risa y de pena ajena. Pareciera que se ha perdido toda proporción con tal de ganar, y la realidad es algo abstracto, manipulable. Ser “pro” o “anti” son las posturas dicotómicas de la fanaticada y los políticos se aprovechan para atacar, burlarse o negociar en lo oscurito.

Desde el dirigente nacional de Morena pidiendo en su spot “todo el apoyo para ya saben quién”, o el del PRI con su coreografía de “den un paso adelante, den un paso atrás”. No han faltado los “jingles” movidos y pegajosos.

Los equipos de campaña andan muy creativos y cada día es común encontrarse algunos buenos memes, aunque cuando las empresas o los partidos quieren apropiarse de los memes casi siempre los echan a perder. Así pasó con el famoso video de Hitler, a quien le pusieron el nombre de Xavier Nava, enojado por el avance de “el jefe Galindo” y lo trataron de hacer pasar como anónimo. 

También, aunque sin autoría aparente, surgió un video de réplica al “combo” de las papas y el refresco, donde un par de jóvenes se queja de ellos y prefiere probar el pollo. Por cierto, parece que el combo ya contrató a Javier Lozano, guacamole traído de México, y no se ve muy apetitoso, al contrario. A ver si la competencia no trae al “toro” como asesor para que le haga frente.

Los partidos se quejan de las decisiones de las decisiones tomadas en los organismos electorales, cuando son los mismos partidos los que deberían haber cortado a tiempo con posibles problemas por candidatear a este o a aquella. Como si nadie se fuera a dar cuenta. “Quien quita es chicle y pega”. La decisión del INE sobre Salgado Macedonio o del Tribunal Electoral sobre Xavier Nava han llevado a que estos se pronuncien por una “resistencia civil” y promuevan el ataque a las instituciones que tomaron la decisión. Si los partidos hicieran lo debido, lo ético y lo legal, otro gallo nos cantaría. 

Moverse aunque salgan borrosos, aunque el fotógrafo se enoje, aunque empujen a los otros que están en la foto. Moverse para meter a los cuates. Salir aunque sea en otra foto, es la nueva consigna.

En fin.

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