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Pretorianismo

Por Francisco Salazar Soni

Junio 24, 2021 03:00 a.m.

A

“No tengo miedo de un ejército de leones guiado por ovejas; tengo miedo de un ejército de ovejas guiado por un león.”

Alejandro Magno.

En los años 80 y principios de los 90 no había un sistema de seguridad pública, que permitiera aglutinar esfuerzos coordinados entre las varias pintas corporaciones de policía que existían a nivel nacional. Pero ya estaban los militares ejerciendo funciones de mando, de poder y de presencia en materia de seguridad e investigación de delitos del orden federal. Por aquellos años tres corporaciones federales lideraban el “escenario anticrimen”, la Policía Federal de Caminos, la Policía Judicial Federal y como control político-narco, la Federal de Seguridad. 

Quien no quiera aceptar la subordinación de los civiles de antaño a las autoridades militar, miente. Que era habitualmente referida por la presencia de los mandos militares sobre Gobernadores y Alcaldes, y descendía sobre las instituciones bajo sus órdenes, tanto como estrategia política, de ejecución de operativos y maniobras tácticas de intervención.

Actualmente, se sorprenden algunos que la Guardia Nacional vaya a pasar a formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, “peccata minuta”, la idea, la conceptualización, la estructuración y formación de la Guardia Nacional es de origen castrense. Por cierto, el linaje de la Guardia Nacional fue apoyado por todos los partidos políticos y todas las legislaturas de los Estados para las reformas constitucionales, o sea, el chaval, es su creación y tiene paternidad. 

Desde siempre, un policía federal o local entiende el -orden cerrado y las voces de mando militares-, atención, flanco, formación, fila, hilera, columna, línea, a discreción y paso redoblado. Los orígenes de las policías en México son producto de los militares desde tiempos inmemoriales, el civil policial puro es ficción, no existe, todos tienen barniz militar, ahora, en tiempos más recientes tienen ya barniz político. 

A inicios de los años ochenta su servidor recién graduado de policía federal, el gobierno federal declaró al narcotráfico como un asunto de seguridad nacional y se forja mayor presencia de militares en su lucha. Para el año de 1985 se destapa la cloaca, los carteles de las drogas y sus capos existen. Lo sabe la sociedad por la tortura y asesinato de un agente de la DEA.  

A mediados de los años 90 con Zedillo, se crea por primera vez un sistema de coordinación en seguridad, pero, se consolida más la presencia de militares para detener y abatir capos y erradicar cultivos, la policía judicial federal se llena de subtenientes y tenientes como “yankies”, jefes de plaza, delegados y subdelegados en la PGR. Desparece la Policía Federal de Caminos y se crea la Policía Federal Preventiva, llega un Almirante al frente y le embuten más de 5 mil militares.  

TAPANCO: Me comenta un General de División retirado, -“Nos jodimos, cuando se crea el Consejo Nacional de Seguridad Publica CNSP (1995), y nos dan dos lugares, uno al Secretario de la Defensa y otro al Secretario de Marina, de ahí pal real, puras calamidades y descomposición del ejército y las fuerzas armadas”-. 

Pero hoy, el nivel de confianza de la población en seguridad pública es envidiable para la Marina, Ejército y Guardia Nacional quienes ocupan los tres primeros lugares. Sin embargo, el uso de las fuerzas armadas de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria, no encontró un “Civil León”  que diera un paso al frente para su ejecución. 

Francisco.soni@uaslp.mx 

twitter: @franciscosoni