Sierra de Álvarez: 44 años de abandono institucional
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“Una nación que destruye su suelo se destruye a sí misma.” -
Franklin D. Roosevelt
En la Sierra de Álvarez se ha encontrado que el origen de metales pesados como mercurio, plata, bario y estroncio en el centro de la ciudad de San Luis Potosí, se debe a las actividades mineras en los patios de beneficio realizadas poco después de la fundación de la ciudad, que además se llevaron a cabo sin ningún tratamiento de manejo de los residuos. A esta contaminación histórica se suman ahora las nuevas agresiones ambientales.
La actividad industrial y minera ha afectado el equilibrio de la región, alterando los servicios ambientales de la flora, fauna y del ciclo hidrológico. Actualmente la deforestación y la contaminación de acuíferos continúan a pesar de las denuncias realizadas y los efectos nocivos que estos han generado, tanto a los ecosistemas como a los habitantes del Valle de San Luis Potosí y del Área Natural Protegida.
Hace seis años, en 2019, recolectamos más de 15 mil firmas autógrafas de ciudadanos preocupados que solicitaron a Juan Manuel Carreras, el anterior Gobernador del Estado (otro hampón ambiental), su intervención y sensibilización ante esta situación, lo que no tuvo éxito o interés alguno de su parte. Ahora, con Ricardo Gallardo al frente del gobierno estatal —quien presume obsesivamente su color verde pero solo para la publicidad de su imagen—, la situación no ha cambiado en absoluto.
En 2017, pobladores del lugar, junto con Cambio de Ruta, promovimos un juicio de amparo radicado en el Juzgado Cuarto de Distrito, con número 800/2017, donde se reclamó la omisión de SEMARNAT y CONANP de publicar el citado programa de manejo. Inicialmente fue concedido, pero curiosamente revocado por el Tribunal Colegiado de Circuito en el expediente 193/2018 esgrimiendo una falta de interés legítimo. ¿Falta de interés legítimo? ¿Acaso los potosinos no tenemos interés legítimo en proteger el aire que respiramos y el agua que bebemos?
Por esa razón, anunciamos hoy que en breve estaremos promoviendo una nueva demanda de amparo, con una estrategia jurídica renovada, para obligar a las autoridades a cumplir con su obligación legal de emitir el Programa de Manejo de la Sierra de Álvarez. Pondremos a prueba no solo la “vocación ecologista” del gobernador Gallardo, sino también la independencia y compromiso de nuestro sistema judicial con la protección ambiental.
Las Áreas Naturales Protegidas son espacios continentales y/o marinos del territorio nacional reconocidos, establecidos y (supuestamente) protegidos legalmente por el Estado Mexicano debido a su importancia para la conservación de la diversidad biológica y demás valores asociados de interés cultural, paisajístico y científico, así como por su contribución al desarrollo sostenible del país. Son de gran importancia porque nos proveen de innumerables beneficios a partir de servicios ambientales concretos.
Pero en San Luis Potosí, parece que la designación de ANP es solo un título honorífico sin consecuencias prácticas. Lo vimos con la Sierra de San Miguelito, y lo seguimos viendo con la Sierra de Álvarez: áreas “protegidas” solo en el papel, mientras se permite su sistemática destrucción.
Todos los potosinos, como ya lo hicimos anteriormente, debemos exigir que se publique YA el Programa de Manejo como lo establece la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, dadas las afectaciones a los ecosistemas y a la población. Es necesario realizar las supervisiones correspondientes para investigar, y en su caso sancionar, la responsabilidad ambiental o penal por los delitos de contaminación de agua, aire y suelo, así como la afectación a la flora y fauna en el Área Natural Protegida “Sierra de Álvarez”.
Solamente es un tema de voluntad gubernamental. La falta de esta voluntad por 44 años consecutivos debería ser motivo de vergüenza para nuestros gobernantes, y causa suficiente para la indignación y movilización ciudadana.
Nuevamente le invito a que pasee por la Sierra de Álvarez y juzgue usted mismo si es un área natural protegida o el escenario de un crimen ambiental en curso. No podemos seguir siendo cómplices silenciosos de este ecocidio.
Delírium trémens.- Las empresas extractivas (por ejemplo Cal Química de México, SA. de CV., CALIDRA) que destruyen la Sierra de Álvarez generan millones en ganancias, pero ni un solo peso va a la conservación del ecosistema que explotan. Si la naturaleza cobrara por sus servicios, ¿cuánto valdría cada gota de agua, cada bocanada de aire limpio que nos regala?
@luisglozano