logo pulso
PSL Logo

Una historia de vida

Por Jorge Chessal Palau

Mayo 01, 2023 03:00 a.m.

A

Este fin de semana se llevó a cabo en San Luis Potosí la centésima conferencia del distrito cuatro mil ciento treinta de Rotary International. Tres días de convivencia rotaria con asistentes de Tamaulipas, Nuevo León y nuestro Estado.

Los organizadores del evento me dispensaron el privilegio de ser moderador en dos de las participaciones de invitados especiales.

La primera fue el viernes, con un interesante diálogo con el cónsul honorario de Alemania y Director de la Cámara Mexicano-Alemana de Comercio e Industria, Fritz Eisele, sobre diversos temas de economía y educación.

El sábado el destino nos jugó una mala pasada y el invitado con quien tendría el segundo diálogo, Salvatore Sabella Bracale, tuvo que cancelar su participación por cuestiones de salud. Ante esto y con la anuencia del comité organizador, se me permitió ser portavoz del relato de vida de Salvatore, lo cual constituyó para mí un honor inesperado.

Y es que Salvatore, italiano avecindado desde hace muchos años en San Pedro Garza García, Nuevo León, en la zona metropolitana de Monterrey es, sin duda, una de las personas que más me ha gustado conocer, aunque solo hayamos hablado dos ocasiones vía telefónica.

Nació en Nápoles, Italia, el treinta de marzo de mil novecientos veintinueve y a la edad de once años, a la partida de su padre al combate en el ejército italiano en la Segunda Guerra Mundial, quedó prácticamente al frente de su familia en ese entorno complejo.

Es siempre sencillo hablar de paz desde la comodidad de un aula o de una oficina, en las páginas de un libro o de una revista o frente a un auditorio, cuando no se han vivido los horrores de la guerra, no solo en los campos de batalla sino también en las familias fragmentadas, en el día a día de la escasez, de la incertidumbre, del miedo, de las noticias que llegan desde los frentes de batalla, donde se decide la suerte de quienes sobreviven en su rota cotidianidad.

En los primeros días de septiembre de mil novecientos cuarenta y tres Italia se rindió ante los ejércitos aliados que habían desembarcado en su territorio, dando fin así al régimen fascista de Benito Mussolini.

Ante el avance de los norteamericanos hacia Nápoles, el ejército alemán, aun presente en tierras italianas, fortificó sus posiciones, intentando frenar el avance de los aliados. Al mando del coronel nazi Walter Schöll ordenó la deportación masiva de hombres en edad útil para la guerra y fusilamientos de quienes se resistían a sus órdenes..

La reacción de la población napolitana no se hizo esperar y del veintiocho de septiembre al primero de octubre de mil novecientos cuarenta y tres se vivieron lo que se conoce en la historia como “Los Cuatro Días de Nápoles” en que hombres, mujeres y, en buena medida niños y niñas, hicieron frente al ejército alemán empleando lo que fuera como arma, incluso muebles que arrojaban desde los pisos altos a las calles estrechas mientras pasaban los soldados enemigos buscando rebeldes.

Cuatro días de resistencia hicieron desistir a los soldados alemanes que, finalmente, dejaron la ciudad, derrotados por un pueblo que alzo sus brazos para defender su hogar. Salvatore Sabella era uno de esos niños que, a sus catorce años encabezó a sus amigos del barrio Porta San Gennaro en esta gesta de supervivencia.

De estos acontecimientos dan cuenta tres películas, “O sole mio”, de Giacomo Genilomo, en mil novecientos cuarenta y cinco; “Le Quattro Giornate di Napoli”, de Nanni Loy, en mil novecientos sesenta y dos y “Bruciate Napoli”, de Arnaldo Delehaye, en dos mil dieciséis.

A Salvatore se le otorgó en ese mismo año la Medalla de Oro al Valor Militar por su lucha partisana en los cuatro días de Nápoles.

Una pena que el auditorio presente el sábado no haya escuchado de viva voz, aun a distancia a través de medios digitales, la emoción y el sentimiento del relato de esta historia de vida, de la que espero haber dado cuenta en la medida de lo posible, de la manera más fiel y precisa.

@jchessal