#YoMeQuedoEnCasa

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La pandemia del Covid-19 se incrementa de forma exponencial, lo que significa que si 10 personas se encuentran infectadas, esa cantidad crecerá a un exponente de 2, entonces se tendrá como resultado que de 10 pasarán a ser 100, luego 1000, después 10,000 y así sucesivamente; para el 5 de abril la tasa de letalidad, es decir, la probabilidad de morir por estar infectado es de 4.59 por cada 100 habitantes y la tasa de mortalidad es de 0.074 por cada 100,000 habitantes, es aquí donde radica la importancia de abandonar el espacio público para detener la pandemia.

Seguir asistiendo al espacio público, es decir, a los jardines, plazas comerciales, iglesias, escuelas, museos, fiestas familiares o playas, es la forma de incrementar el contagio, el virus no se mueve por sí solo, lo portan las personas, cada una de las ya infectadas contagiará a dos o tres más, y así sucesivamente; si la sociedad sigue actuando como hasta ahora, la cantidad de infectados se incrementará de forma significativa, por lo que habrá más defunciones, ya que hasta el momento no hay sistema de salud en el mundo que pueda atender de manera eficiente la pandemia que nos aqueja.

El debate en la opinión pública y en redes sociales va girando en torno a la actuación gubernamental, generalmente con información sin confirmar, las posturas están a favor de su eficiencia o ineficiencia de las decisiones de política pública, pero queda vacía la responsabilidad ciudadana que nos corresponde adoptar; si las tasas de letalidad y mortalidad son bajas, significa que las acciones implementadas han sido las correctas, es decir: quedarse en casa y lavarse las manos de manera constante. 

Las políticas públicas para enfrentar la pandemia en México han sido diseñadas por un grupo de científicos, reconocidos no solo por sus colegas, sino también por el Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, las cuales coinciden con las adoptadas por otros países; muchas políticas públicas en México se encuentran bien diseñadas en su dimensión técnica, pero fallan en su implementación, debido a la inexistencia de una estructura gubernamental que pueda darle seguimiento, es un asunto de responsabilidad social. 

En esta dimensión surge la pregunta: ¿hemos abandonado el espacio público? ¿hemos adoptado prácticas de higiene? La respuesta la tendremos en los próximos días y estará dada por el número de infectados; es verdad que miles de mexicanos tienen la necesidad de salir de sus casas por motivos laborales, pero cuántos seguimos frecuentando a nuestras amistades en grupo, festejando cumpleaños, asistiendo a actos religiosos, realizando aglomeraciones en los centros comerciales y pequeños comercios, en los cajeros, en las farmacias y no lavándonos las manos de manera frecuente.

Es necesario superar nuestro exceso de confianza y la creencia de ser inmunes a la pandemia, ya lo estamos demostrando con nuestro consumo de alimentos de alto contenido de azúcar y sal, pues creemos que nunca nos vamos a enfermar, somos muy optimistas y nuestras decisiones están determinadas por el sesgo de exceso de optimismo, preferimos pensar en sucesos positivos que en los negativos y con ello evadir la responsabilidad que nos corresponde ante una pandemia, cuyo crecimiento depende de lo que hagamos cada día. 

La pandemia del Covid-19 tiene un crecimiento acelerado, por lo que, como se dice en redes sociales de manera constante: “no le importamos al gobierno”, la solución es muy sencilla, actuemos de manera responsable y cuidemos nuestra salud reduciendo la interacción con otras personas al mínimo indispensable y adoptando prácticas de higiene personal constantemente; para no infectarnos es necesario asumir la solución y no dejarla en manos de actores externos a nuestras vidas, #YoMeQuedoEnCasa. Próxima colaboración: 21 de abril de 2020. 

Twitter: @jszslp