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La pobreza es un mal que desencadena “enfermedades lacerantes”, las cuales afectan actualmente a la sociedad, tales como la violencia, la ambición y la indiferencia, advirtió Jesús Carlos Cabrero Romero, arzobispo de la Arquidiócesis de San Luis Potosí.
Para el prelado potosino, dentro de los límites de cada ciudadano, se conoce que hay personas más pobres que uno mismo, quienes “sin duda alguna” requieren “de nuestra ayuda, la cual podemos brindar”, recalcó.
En columna “La esperanza de los pobres nunca se frustrará”, publicada en el semanario parroquial de “La Red”, señaló que el próximo domingo el Papa Francisco realizará la Tercera Jornada Mundial de los Pobres.
Adujo que, ante un panorama caracterizado por la violencia, ambición y la indiferencia, es tiempo para que la comunidad cristiana, y más aún como personas, den muestra de un testimonio de esperanza.
Cabrero Romero destacó que muchas parroquias realizan acopio de despensas, de ropa nueva, cobijas y kits de higiene; y la iglesia apoya con dispensarios, comedores, albergues y la Casa del Migrante, todo con aportaciones de los fieles.
“De que hay más pobres que nosotros, los hay. Una Jornada Mundial de los Pobre es una invitación para que cada uno de nosotros tratemos de responder, con obras, a los gritos de los pobres y creo, eso está al alcance de todos nosotros”, recalcó.
