Del muro a la piel, el arte de tatuar

Los tatuadores requieren para su oficio una preparación profesional seria, además de certificaciones sanitarias dignas de cirugía ambulatoria. “Robe Metamorfo” transitó del grafiti callejero a la plástica en las pieles de profesionistas, políticos, deportistas y empresarios

Del muro a la piel, el arte de tatuar

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Lejos de aquellos prejuicios de que las personas tatuadas son delincuentes, adictos a las drogas o pandilleros, hoy en día médicos, burócratas, reporteros, futbolistas y hasta diputados son los clientes habituales en los estudios del mundo del tattoo.

En el pasado, los primeros pobladores dejaron pinturas rupestres hechas con sangre u otras sustanciasen paredes, vasijas o en diversas superficies, con el objetivo de evidenciar vestigios de su existencia o simplemente por el deseo de expresar una idea.

Al paso de los años, diferentes civilizaciones del planeta fueron más allá y comenzaron a dibujar en sus cuerpos figuras abstractas, rayas, cortes y demás señas para tener una “marca”, concepto que en la actualidad ha cobrado gran relevancia comercial, mercadológica y de apropiación. 

Roberto Carlos Gómez Ramírez, conocido en mundo del tattoo como “Robe Metamorfo”, describe que los clientes asiduos a tatuarse no solo son integrantes de grupos pandilleriles como pudiera pensarse, sino también periodistas, políticos, futbolistas, artistas y todo profesionista o persona con deseo de marcar su piel, sin importar su estrato social.

“Ahora sí que venimos de pasada. A esta vida venimos de pasada, y realmente el tatuaje es lo único que nos vamos a llevar, y lo único que no nos van a poder quitar. O sea, es lo único que perdura. Esos valores son los que ha retomado la gente”, señala. 

Expresa que desde hace 20 se encuentra dedicado al mundo de la tinta, la aguja, la imaginación y el puño de plomo, pero de manera profesional de 15 años a la fecha, pues haber alcanzado el grado de profesionalización significa haberse regularizado ante la Comisión Estatal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris), tener un estudio, dispositivos de última tecnología, acudir a seminarios, y algo muy relevante, estar empadronado como tatuador en la Cofepris.

Rememora que sus inicios artísticos surgieron en las bardas, sí, con la elaboración de grafitis y aerografía, esos que lucen en los anuncios más elevados de las principales vialidades de la ciudad.

 De ahí, pasó a plasmar sus ideas en la dermis. En su casa y con máquinas caseras o hechizas, surgieron las primeras superficies dérmicas convertidas en lienzo, una base que hasta el momento lo ha llevado a obtener decenas de reconocimientos, que lucen en las paredes de su local, ubicado en avenida Himno Nacional.

“Ser profesional no es especialmente que estés como en un local. O sea, realmente en tu casa también puedes ser profesional, siempre y cuando tengas ética, respeto por tus clientes, por tu trabajo, o sea, que todo lo que uses es desechable. Eso es lo principal”, afirma.

Para “Robe Metamorfo”, la actualización se fundamenta en el conocimiento de la sofisticación de las nuevas herramientas de trabajo, más que cómo dibujar y utilizar las pinturas.

UNA CONSULTA QUE PUEDE 

SALVAR PIELES

En entrevista, advierte que hace falta mayor información para los usuarios, pues quien decida tatuarse puede presentarse en un lugar en específico, visualizar que cuenta con los permisos y otras características, sin embargo, “es una carpeta de un tatuador que andas de vacaciones y te metieron a uno que no es”. 

“Lo que falta es mucha información, mucha regulación y mucha exigencia de parte de los clientes, porque puedes llegar a un lugar y pedir el registro o un número, te metes a la página de Cofepris con el número y ahí aparece todos los datos”, remarca mientras es entrevistado en la recepción de su estudio.   

¿Y ES NEGOCIO?

Detalla que él y la mayoría de sus colegas de la misma generación ofertan los mismos precios en San Luis Potosí, por ejemplo, el costo mínimo de un tatuaje es de 600 pesos y de ahí va incrementando el costo, según el tamaño o complejidad.

Precisa que para los más extensos, se establece una sesión para el cliente, cuyo costo es de 4 mil 500 pesos, y la cual tiene una duración en promedio de entre cinco a siete horas. “En ese tiempo te puedo hacer un retrato, una foto”.

TATUAJE SOBRE TATUAJE

Insta a que haya más artistas deseosos de promover la labor de los tatuadores, siempre y cuando busquen formarse en diferentes estilos de trazo, dibujo, color, matices, corrientes y movimientos artísticos, así como acudir a seminarios o congresos de actualización.

Defiende lo anterior, pero matiza que debe existir preparación, pues si los “novatos” llevan a cabo un trabajo carente de profesionalismo y ética, sobre todo a quienes aspiran a su primer “marca”, éstos ya no querrán otro, y al contrario, generarán una percepción negativa. 

Gómez Ramírez describe que cada día es común atender “covers”, donde los solicitantes llegan con imágenes deformes que desean cubrir, por lo cual, mientras existan malas prácticas habrá empleo para dejar oculto un mal trabajo.

Un “cover up” o encubrimiento de tatuajes consiste en tatuar un tatuaje previamente no deseado con uno nuevo, muchas de las veces, como primera opción para no quitarlo con tratamiento de láser. 

“La gente que se va a hacer su primer tatuaje y tiene su primera experiencia, a veces ya no se quiere tatuar. Te lo juro, llegan bien espantados, de que ya los desgraciaron. Yo digo que, para que se avienten, pues que estén un poco preparados”, recomienda a los nuevos prospectos.  

ARTE GRADO SANITARIO 

De acuerdo con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), toda persona que desee dedicarse a esta labor, así como aplica perforaciones y/o micropigmentaciones, debe tener Tarjeta Sanitaria. 

La dependencia de salubridad pide como requisitos un formato de autorizaciones, certificados y visitas, debidamente requisitado; comprobante de pago de derechos, en términos de la Ley Federal de Derechos; currículum vitae, que contenga sus datos generales, estudios y experiencia laboral, relacionados con los procedimientos a realizar.

Además: documentación que compruebe que el solicitante cuenta con conocimientos sobre primeros auxilios y dominio de las técnicas de higiene y asepsia; comprobante de vacunación contra el tétanos y la hepatitis B; y dos fotografías tamaño infantil (recientes).

Recalca que, en el caso del manual de procedimientos, éste deberá indicar lo siguiente: las técnicas de tatuajes, micropigmentaciones o perforaciones que ofrecerá; descripción detallada de cada procedimiento que utilizará para la presentación de sus servicios; y el material y equipo que utilizará en la prestación de sus servicios.