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Entre Chapultepec, Periférico y el amparo de Dios

Por María Medrano

Diciembre 30, 2021 03:00 a.m.

A
La revolvedora arrasó con el puesto de tacos; los propietarios volvieron a trabajar.

La revolvedora arrasó con el puesto de tacos; los propietarios volvieron a trabajar.

El puesto no permanece mucho tiempo vacío, se acercan de a un comensal y a veces en grupo, una de las dependientas te ofrece los guisos que quedan, que ya para el medio día son pocos: barbacoa, bistec y chorizo. Ya tampoco hay tortas para saciar el antojo de quien me acompaña.

Se nota que los clientes son recurrentes, entre quienes atienden y quienes llegan a pedir de a tres tacos para comer ahí y hasta paquetes para llevar hay una mueca de estar saludando a una persona conocida, pero yo no puedo quitarme la máscara de “turista”, sobre todo porque busco entre la estructura del puesto algún vestigio del accidente.

El puesto está por cumplir 20 años en esa zona entre Chapultepec y Periférico Sur; antes su ubicación era otra, más para allá del casino cuando éste era aún un terreno. Ese puesto de lonas plásticas rojas es testigo del desarrollo de las edificaciones alrededor; uno de los encargados recuerda que, antes, desde ahí sólo se veían a los “paracaidistas” del otro lado del Periférico, ahora el puente y los edificios los hacen imperceptibles.

El negocio lo inició el padre del encargado actual y ahora ya solo “los va y los deja”. Con el paso de los años, la aparición de los dueños de los terrenos y las construcciones, el puesto fue recorriéndose hasta ocupar la esquina de la avenida Chapultepec y Periférico a un costado de la gasolinera.

Desde ahí han visto muchos accidentes en los que se relaciona maquinaria pesada, a decir de ellos, de la misma empresa, pero no están listos para hablar ni dar entrevistas respecto del que ocurrió el pasado 28 de octubre, casi han pasado dos meses, pero aseguran que les es difícil.

Ese jueves una revolvedora perdió el control en el descenso de Avenida Chapultepec hacia Salvador Nava y se volteó, lo que ocasionó que la olla revolvedora rodara hasta el puesto de tacos, el peso de la maquinaria provocó daños en el pavimento, varias personas lesionadas y la irreparable pérdida de la vida de un joven.

Y no es la primera vez que les piden su versión al respecto, incluso han rechazado las solicitudes de medios nacionales que les marcan insistentemente, los intentos a nivel local tampoco han sido pocos, pero a ninguno se les ha otorgado, insiste la encargada como ofreciéndome consuelo.

Pero seguimos platicando y, me entero, que del puesto destruido por el peso de la olla revolvedora quedó poco, la encargada me cuenta mientras desayuna unos tacos y sirve algunas salsas en bolsas, que casi todo ha sido repuesto, la hielera, las mesas, pero donde más se nota la mano reparadora es en la estructura de puesto, las soldaduras en el acero inoxidable, las muescas y una que otra protuberancia que no se pudo alisar.

La plática interrumpe el servicio, lo último que me alcanza a mencionar la encargada es que atienden desde temprano, si uno les busca ya están colocados desde las 7:30 de la mañana; también terminan temprano, para la 1:00 pm ya está por acabarse la carne que prepararon para el día, inclusive ya habrían solicitado dos veces bolillo para quienes piden tortas.

La encargada me repite que “no es por nada”, pero no están listos para platicar de aquel incidente en el que perdió la vida un joven. Mientras siguen atendiendo en esa esquina, entre Chapultepec, Periférico y el amparo de Dios.