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LA EDUCACIÓN QUE VIENE

Por María Medrano

Mayo 16, 2021 03:00 a.m.

A

asta antes de que un virus obligara el encierro y las clases a distancia, las y los docentes no tenían idea de cómo preparar sus clases para un formato virtual. Tenían tan mecanizado el método de enseñanza, que las herramientas digitales eran simple apoyo ocasional.

Ahora con la posibilidad de un regreso a las aulas, vale la pena repasar los éxitos y fracasos del esquema; los aciertos y dificultades.

Algunos niveles educativos, incluso contaban, ya de tiempo, con áreas dedicadas a la educación a distancia empolvadas por el desuso, en otros por sus particularidades, era difícil implementar este tipo de herramientas.

Juan Carlos Bernal, profesor universitario, reconoce el choque generacional que le provocó el adecuarse a las clases en línea, pues mientras él no percibía la forma de solucionar algunos conflictos de la enseñanza, fueron sus alumnos los que propusieron remedio.

“Nosotros teníamos planteadas nuestras clases para hacerlas vía presencial; de entrada nos dijeron (que serían) unos días, y ahí invéntale”, confiesa.

Los primeros meses de clases a distancia los resolvió modificando su plan de estudios, adelantó los aprendizajes teóricos y relegó los prácticos; medida que consideró un desastre, pero con el nuevo ciclo escolar “fue distinto porque tenías la noción de que no ibas a regresar a clases presenciales”.

Sin embargo, desde su particular óptica, seguía con dificultades para adecuar los temas prácticos a la virtualidad, “se me hacía complicadísimo porque una de mis unidades se llama Cómo hacer una obra de teatro; (...) chavos de otras clases me dieron la solución”.

Esta dificultad, Juan Carlos se la adjudica a la “estrechez mental” de una generación con una formación fundamentada en lo presencial y físico a diferencia de las nuevas generaciones que “nacieron con la virtualidad” a quienes les es más sencillo pensar en otros enfoques utilitarios para las herramientas digitales que el mero entretenimiento y la comunicación.

LA RESISTENCIA A NUEVAS TECNOLOGÍAS

Edgar Alfonso Pérez García, director de Educación a Distancia de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), confirma que las y los profesores se vieron obligados a utilizar las nuevas tecnologías a pesar de la resistencia por aceptar esta modalidad como viable para lograr aprendizajes serios.

“Hay que entender que una propuesta de educación a distancia no es para todas las disciplinas, hay disciplinas que tienen que apoyarse con la parte presencial”, apuntó. Desde la UASLP ya se planteaba una transición a un modelo mixto de enseñanza al mediano plazo, pero no en la forma como obligó la pandemia.

“Siempre ha habido este apoyo por parte de la institución, sin embargo estos procesos estaban pensados para una transición de una modalidad presencial a una no presencial no tan...rápida. Bajo esas circunstancias la formación fue uno de los aspectos más demandados”, reconoce Pérez García.

La modalidad a distancia también evidenció la desigualdad social, económica e ideológica en la que se encuentran profesorado y alumnado y generó cuestiones no previstas.

“La incertidumbre de cómo debo actuar con los estudiantes, qué no debo hacer. Esta interacción ya se hacía, pero como que se percibe una naturaleza distinta de la interacción, cuando sucede en una modalidad a distancia”.

EVIDENCIADOS

En septiembre del año pasado una profesora de la Facultad de Derecho de la UASLP fue cuestionada por la forma en la que se dirigió a uno de sus alumnos que le expresaba estar conectado a su clase desde un ciber, casos como este fueron evidenciados a través de redes sociales por todo el país y revelaron un aspecto poco conocido y documentado de la docencia.

“Esto es parte de la incertidumbre que el profesor aprendió a sortear”, reflexiona Pérez García.

“Tenemos experiencias desafortunadas (...) son pocas pero las hay (...) son obvias en redes sociales, pero hay un alto porcentaje de profesores que se tuvo que preparar de manera intensiva para dar una clase”, recalca.

EL PESO PSICOEMOCIONAL EN LA EDUCACIÓN A DISTANCIA

Para Emilia Monreal, profesora del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep), la educación virtual le permitió darse cuenta que es mejor “preservar la vida que una calificación” y reforzar la empatía hacia sus alumnos y alumnas.

La profesora, propone entender el nivel socioeconómico de la mayoría de las y los alumnos del Conalep, muchos solo tienen el teléfono móvil en modalidad de prepago para tomar clases.

“Derivado de esto tuvimos que hacer de todo, tuvimos que meter estrategias para hacerles llegar a los alumnos las actividades que tenían que hacer, muchas de estas tenían que ver con competencias”, modelo del que Conalep es pionero.

Al inicio se trabajó con lo disponible como correo electrónico y otras herramientas, hasta que se instauró la plataforma Teams para llevar a cabo clases virtuales pero aún con un espacio abierto para la formación, el acceso a la aplicación limitó la participación. No es una educación en igualdad de condiciones.

“Si tenía un grupo de 42 alumnos se conectaban a veces 15, sí era problemas de lo económico, pero también social y también todo lo que estamos viviendo en esta pandemia. Se nos ha sensibilizado a nosotros mucho lo de aplicar la empatía y nos han hecho poderlo aterrizar: preservar más la vida que una calificación”.

Algunos de los jóvenes gastan hasta 150 pesos diarios en recargas, para poder estar presentes en las sesiones virtuales, ante la falta de internet en sus domicilios. Se estima que aunque el 82 por ciento de la población vive en zonas urbanizadas con acceso a internet, un 12 por ciento no cuenta con el servicio. 

Emilia, percibió desde la distancia y fue testigo de alumnos que quedaron huérfanos debido a la covid, hermanos y hermanas mayores que tenían que encargarse de los más pequeños e incluso jóvenes que asistían a clase desde el trabajo, lo que no garantiza una enseñanza y atención plena. Pese a esto la deserción fue mínima.

“Es cuando dices que no tienes que ser tan exigente como lo pude haber sido (...) Sobre todo lo de establecer la empatía con ellos, ambos estamos aprendiendo a seguir con nuestro proceso de enseñanza aprendizaje”.

Y pese a estas dificultades, la profesora Emília también percibió la responsabilidad de las y los jóvenes, que tienen como aliciente, el hecho de que la formación del Conalep podría garantizarles conseguir un trabajo al graduarse.

LOS ACIERTOS Y LOS RETOS

Joel Ramírez Díaz, secretario de Educación de Gobierno del Estado destacó que esta situación ha sacado a flote la creatividad del profesorado, sobre todo aquellos que atienden a poblaciones estudiantiles de comunidades sin conexión a internet.

En este aspecto coincide Juan Carlos Bernal, aunque en los niveles en los que se desenvuelve cada profesor es diferente, uno de los resultados positivos de la educación a distancia fue pensar en nuevas formas de enseñar.

Además aceleró la transición a este método de enseñanza, de modo que, aunque se regrese a un esquema presencial, las herramientas digitales formarán parte importante de la instrucción.

Mientras que en la educación básica el reto es lograr la cobertura en conectividad, para la educación media y media superior el reto es estructurar los cursos de manera tal que el alumnado lo consuma a su propio ritmo, similar a los modelos de educación en posgrados: modelos completamente en línea con escasos momentos de reunión con profesores.

Claro que este tipo de programa podrían aplicar sólo para algunos cursos, talleres o carreras, considera Edgar Pérez, pues hay enseñanzas que deben ser completamente presenciales.

“No deberíamos regresar a los mismos planteamientos de antes del 15 de marzo (de 2020) porque debemos aprovechar toda esta experiencia para adecuar lo que tengamos que adecuar y aprovechar la experiencia para implementar variantes a las modalidades a la presencialidad, a través de este enfoque de multimodalidad, seleccionar cuáles cursos podrían quedarse en una modalidad a distancia, cuales podrían quedarse presenciales y cuales podrán ser mixtos, o híbridos o semipresenciales”, admite.

LA VACUNA: ESPERANZA 

DE REGRESO A CLASES

La estrategia de vacunación de cerca de 74 mil profesores y profesoras de todos los niveles educativos en la entidad, reactiva la esperanza de un regreso a las aulas en el corto plazo. Situación que solo estaba prevista hasta que el semáforo de emergencia por pandemia se mantuviera en verde y que también se vislumbra en corto ante el descenso de los casos de contagio y fallecimientos.

El único inconveniente podría ser la llegada a San Luis Potosí de la variante B.1.617, mal llamada variante India del virus SARS-COV-2, que tiene la característica de ser altamente contagiosa, pese a que no está considerada de gravedad.

Emilia Monreal, considera que aún y cuando la pandemia ceda espacio para las clases presenciales, el modelo se implementará de tal modo que solo una parte de los alumnos asista y otros se mantengan la cátedra de manera virtual .

Edgar Pérez, de Educación a Distancia de la UASLP, percibe lo mismo; el modelo tiene que evolucionar de acuerdo con la nueva realidad y las expectativas planteadas por Plataforma 2021 lanzada para este ciclo escolar.