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VIDEO: Personificar la fantasía, el arte del cosplay

Por PULSO

Julio 27, 2021 03:00 a.m.

Desde hace nueve años, Gaby, abandona su “piel” y se transforma en personajes únicamente conocidos a través de las pantallas y los textos; con ello fascina a niños, niñas y personas adultas y les acerca la fantasía.

Kimbra Akemi, es el nombre con el que conocen a Gaby en el mundo del cosplay, que es justo esa práctica de representar personajes ficticios. Su acercamiento con este mundo se dio desde su niñez, a través de los animes que transmitían por televisión abierta y se fortaleció más tarde mediante su grupo de amigas y amigos.

Fue en un evento en donde se reúnen artículos diversos y expositores sobre anime, manga, videojuegos y otras ficciones, que conoció las pelucas, los pupilentes y los accesorios necesarios para hacer cosplay. También ahí tuvo el primer acercamiento con cosplayers (personas que hacen cosplay) que iniciaban en su camino.

Su primer cosplay fue de Sasuke Uchiha, de Naruto, y a partir de ese se fueron sumando otros como el de Link, de The Legend of Zelda, la Viuda Negra,  Lady Joker, Hinata Hyuga, Rapunzel, Bulma, Sailor Mercury, Sailor Mars entre otros.

Experiencias gratas e ingratas

Lo que más le gusta a Kimbra de representar personajes ficticios es la ilusión que se les crea a los más pequeños, como ejemplo, cuenta que cuando se caracterizó de Rapunzell, había niñas que no querían separarse de ella.

No solo eso, también las personas adultas dejan salir a su niño o niña internos, “es como si el adulto se volviera niño y se emocionan mucho. Me da gusto ver a la gente ilusionada (…) a mí también me genera mucha ilusión poder encarnar un personaje que a mí me gusta mucho”.

Pero también hay una zona oscura entre los cosplayers, las envidias por quien se caracteriza primero como algún personaje, pues a pesar de que no hay exclusividad en esto, existe una especie de recelo, “es algo que no entiendo y es un problema que tuve en los inicios”, reconoce.

Otra situación desagradable que ha vivido al caracterizarse, es el acoso.

“Una vez en ConComics, que es una expo grande que se lleva a cabo en Guadalajara, tuve una mala experiencia con un chico que es típico que iba con otro chico y hacen la estrategia de: oye te tomas una foto con mi amigo; y de repente ya tenía la mano (del chico) por ahí abajo”.

Afortunadamente Kimbra no estaba sola en esa ocasión y alcanzó a detener la agresión y aunque las organizaciones de estos eventos tratan de erradicar el acoso en sus espacios, no se ha logrado del todo “no tuve el cuidado de ver quién era para poder exponerlo (…) quedó la experiencia”.

Llegar lejos

Kimbra es del tipo de cosplayer que no participa en concursos, sin embargo, le interesa estar en el Summit, que es el concurso de cosplay más grande a nivel mundial, cuya final se lleva a cabo en Japón.

“Es uno de mis sueños como cosplayer, otaku y como persona (…) es una de mis ambiciones poder participar, independientemente de que no gane”, dijo.

“Nunca es tarde para empezar a hacer cosplay, nada más es que uno se decida”, enfatiza Kimbra, quien sabe que una pregunta recurrente cuando la conocen está relacionada con consejos para iniciar.

Reconoce que conseguir los trajes, o desarrollarlos, supone una inversión de tiempo y dinero. En este entendido su cosplay más caro es el de Link de Legend of Zelda, por la dificultad de conseguir los accesorios como la espada, el escudo en réplicas y las rupias (tipo de cambio en el videojuego), de vidrio.

“Es una inversión que decide hacer uno dependiendo de qué tanta calidad le quieres dar a tu cosplay”, explicó.

Apunta que también ayuda sentir empatía por los personajes que se caracterizan, ya que se tiene que imitar el comportamiento.

En resumen, sugiere que lo más importante es dar el paso “uno nunca sabe qué cosplay lo va a llevar a animarse a hacer más cosplays, si una no da ese paso, no va a saber”.

Detrás de Kimbra

Más allá de la Kimbra que realiza cosplay, Gaby, conjuntó sus estudios universitarios con su pasión por encarnar personajes ficticios, actualmente es egresada de la Licenciatura de Diseño Gráfico, en proceso de titulación.

Durante el encierro por pandemia y la suspensión de eventos en donde se podrían mostrar sus caracterizaciones, mudó sus actividades a la virtualidad, a través de transmisiones en vivo en sus redes sociales, que a un año de sus inicios le han traído satisfacciones y crecimiento personal.