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Niños acomplejados

Por Agencias

Agosto 30, 2021 03:00 a.m.

A

Apartir de los seis años de edad, los niños comienzan a ser más conscientes de quiénes son y de su individualidad.

Es en ese momento, aproximadamente, cuando pueden aparecer los complejos.

Estos también se generan por “sentirse humillado o estar expuesto a comentarios negativos por las personas de nuestro entorno, por falta de amor y cariño, tener una personalidad insegura y falta de confianza en uno mismo.

CATEGORÍAS

Aunque casi todo es susceptible de generar un complejo, hay dos grandes categorías que suelen agrupar la mayoría de ellos; eso sí, vividos con distinta intensidad y diferente malestar, según la persona.

INFERIORIDAD

Es el que hace que los niños y los adolescentes se valoren de forma negativa a la hora de realizar alguna tarea o actividad.

Este complejo puede surgir en muy diferentes situaciones: el menor tiene calificaciones escolares más bajas que el resto; tiene miedo por dormir fuera de casa y ve que a sus amigos no les cuesta.

ADOLESCENCIA

En la adolescencia, este complejo evoluciona y se trata de sentirse inferior que los demás compañeros por no tener la ropa de moda, tener pocos seguidores en las redes sociales o que alguien en clase les ponga motes o apodos y no sean populares.

FÍSICOS

Surgen cuando el menor tiene rasgos físicos que no le agradan: es muy delgado o tiene exceso de peso; es muy alto o muy bajo; sus dientes, orejas, nariz o boca son distintas, el color o la forma de su pelo no le agradan.

Cuando llegan a la adolescencia, también hay un cambio y entonces estará motivado por el tamaño del pecho, las caderas o los muslos, por la estatura si aún no ha desarrollado, la falta de musculatura, el acné.

VULNERABILIDAD

En esta etapa, el adolescente puede intensificar sus complejos de la infancia porque está muy expuesto al ideal de belleza de la sociedad. Además, son muy vulnerables ante los comentarios o críticas que pueden recibir en redes sociales, y todo ello puede hacer que acaben aislándose.

IMAGEN

Imagen real e imagen deformada. En ocasiones, el complejo del niño parte de una situación real: por ejemplo, sus calificaciones escolares son malas, o su peso 

es excesivo. 

En ese caso, los padres han de intentar poner solución a la situación en sí que ha generado el conflicto en su autoimagen, por ejemplo, motivándolos para que estudien más o cuidando 

más la dieta.

Además, es importante favorecer que se acepten y se quieran como son.

MALESTAR

En otros casos, sin embargo, el niño o el adolescente pueden tener una imagen muy deformada y exagerada de la realidad, y entonces la situación no es tan fácil de resolver porque, además, genera un gran malestar y puede influir en su vida cotidiana a nivel académico, de ocio, familia, círculo social.

RELACIONES

Cómo ayudar a superar

 los complejos.

Los complejos afectan mucho a la autoestima del niño o del adolescente y pueden modificar el carácter y las relaciones que se mantengan con los demás.