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GUANAJUATO, Gto., octubre 26 (EL UNIVERSAL).- Un día, en un gimnasio de Florida, una mujer blanca llamó Consuelo a la soprano Nadine Sierra y con actitud inquisitiva cuestionó su presencia en ese lugar, sin tomar en cuenta quién era ella o cuál su profesión; esto ocurrió en el contexto de la campaña anti latina de Trump. Ese día, la cantante, hija de madre portuguesa y padre puertorriqueño, tomó mayor conciencia de que todo ser humano tiene derecho a vivir en el lugar que quiera.
Esa vivencia que pudo haber quedado sólo en un mal momento le dio sustento a un proyecto que la cantante ha llevado a buen puerto: la grabación de su primer disco, "There´s a place for us" (Hay un lugar para todos), que lleva un mensaje muy claro: que hay un lugar para todos los seres humanos sin importar su herencia, raza, condición social o sexo.
"Ahí decidí que mi primer álbum iba a ser una mezcla de canciones de todos lados, con música latinoamericana, brasileña, música muy nuestra, de todos lados, para demostrar que en este mundo hay un lugar para todos", dice la soprano a EL UNIVERSAL.
Aunque ya desde antes tenía una conciencia política clara, ese día Sierra se dio cuenta "de la injusticia, de que a uno lo juzgan por lo que uno aparenta sin saber lo que uno es", afirma la soprano, una de las artistas vocales más destacadas de la escena mundial que se ha presentado en La Scala de Milán, el Metropolitan Ópera de Nueva York, la Ópera de París, la Fenice de Venecia, la Ópera de Berlín y la Arena de Verona, entre otros.
Antes de electrizar con su belleza el Teatro Juárez, con un concierto integrado con arias de óperas como "Romeo y Julieta", "Rigoletto" y "El barbero de Sevilla" en el Festival Cervantino, la artista de 30 años dice que mira el futuro no pensando en su carrera sino en lo que puede hacer a través de la ópera para abrirle camino a jóvenes cantantes sin recursos, y para que niños sean tocados por el arte.
¿En qué momento te encuentras, ya en plenitud de tu voz?
Me siento muy bien en donde estoy ahora, todavía tengo mucho que aprender, pero de lo que he logrado en los 30 años que tengo me siento muy orgullosa; he tenido momentos difíciles, pero los he asumido simplemente haciéndolos y he visto los resultados y me siento verdaderamente muy contenta del lugar en el que estoy a los lugares a donde voy a ir.
¿Tu vida siempre ha sido un ir hacia adelante en la música?
A los seis años comencé a cantar gracias a mi mamá, que vio ese talento que yo tenía y me dio clases de canto; desde entonces no he visto para atrás, he continuado. Para mí, cantar es algo que siento dentro el alma, que forma parte de mí, yo no he tenido nunca una duda, para mí es lo que tenía que ser y así he seguido.
¿Piensas en el futuro, en ver hacia dónde llegaras?
Por supuesto que pienso mucho en el futuro, pero no con respecto a mi carrera, sino en el futuro por el arte de la ópera, que es lo que yo hago; cómo hacer que este arte continúe y perdure, para mí eso es más importante y con lo que puedo contribuir, con mi voz y con mi ser, a esa forma que es la ópera. Me gustaría en el futuro hacer una fundación o asociación o algo para ayudar a la gente joven y necesitada o también darles la oportunidad para que puedan hacer lo que quieran con su voz.
¿Ayudar a cambiar vidas a través de la música?
El canto cambió mi vida. Yo vengo de la Florida, la música clásica no ha tenido mayor influencia en ese mundo donde yo nací y crecí; claro que a mí me gustaba cantar a los seis años y gracias a mi mamá que me introdujo en la ópera tuve la oportunidad de escuchar música clásica cantada y entré a este mundo; no sé lo que hubiera sido de mi vida, a lo mejor hubiera sido otra cosa, pero esas oportunidades que te dan, que en mi caso fue mi mamá, fue quien me abrió esa posibilidad y por eso creo que si es importante darle oportunidad a la gente joven, porque la música sí cambia vidas, como me pasó a mí.
Yo crecí en una familia en la que siempre me ayudaron, mis padres me impulsaron siempre, pero mi crecimiento no fue fácil. Ellos pasaron momentos muy difíciles y la música fue para mí mi terapia, mi forma de escape, donde podía dejarme ir. Si no fuera por eso no sé dónde estaría.
Por tus venas corren sangre latina, ¿cómo miras a los latinos migran a EU para sobrevivir?
Por supuesto que estoy muy consciente de la situación que estamos viviendo, por eso mi primerísimo álbum que acabo de hacer se llama Hay un lugar para todos, creo que hay un lugar para nosotros. Lo tuve muy claro cuando en un gimnasio una mujer muy blanca me llamó Consuelo y comenzó a hablarme de una manera por mi color de piel y mi complexión; yo le parecía no aceptable. Ahí me di cuenta de la injusticia, de que a uno lo juzgan por lo que uno aparenta sin saber lo que uno es. Ahí fue cuando decidí que mi primer álbum iba a ser una mezcla de canciones de todos lados, donde había música latinoamericana, brasileña, de todo para demostrar que en este mundo hay un lugar para todos; sobre todo en ese momento que era la campaña de Trump y de Hillary y yo estaba un poco en shock por la manera cómo se estaba llevando la campaña, sobre todo de Trump; y después, cuando ganó, con más razón me dediqué no solamente a mi disco sino en lo personal para romper esa barrera, porque en el mundo de hoy, como parte del futuro, tenemos que aprender a vivir todos juntos, sin importar de dónde vienes y ni qué color tienes, somos todos seres humanos y las almas tienen que convivir y saber cómo convivir.
¿Cómo sientes a la sociedad estadounidense en este momento?
Cuando alguien rompe la humanidad o el flujo de lo humano, cuando lo hace alguien en el poder, es bastante grave. Es lo que está pasando ahora, hay gente en el poder como Trump y las personas que se identifican con él son las que están verdaderamente rompiendo el flujo de la humanidad y es algo con lo que estoy en contra. Pienso que el karma tiene sus propios valores y con el tiempo se va a acomodar, pero hay que estar muy atento, pues es algo que afecta.