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PAPá

cuentología cale agundis

Por Redacción

Abril 15, 2025 03:00 a.m.

A

Papá siempre fue un hombre cabal, que los 72 años que vivió, los disfrutó al máximo. Papá fue un niño pobre y un adolescente más pobre. Sin embargo, era un ser lleno de ambiciones y de expectativas, de metas a corto y a largo plazo. Hombre de bien creado y criado por dos grandes: los abuelos, de igual estatura moral. Papá asistió a la prepa de la universidad, comenzaba a fumar y a gustarle las chicas. Se enamoró de mamá, una niña rica y caprichuda. No obstante, empezó a escalar y a escalar la montaña, desde abajo, como dije, para llegar a ella. Pero papá era grande de espíritu, un ser que proyectaba luz y alegría, no fueron necesarias muchas cosas para que mamá, pronto se enamorara de él, a sus 16 años. “Y si volviera a nacer, me volvería a enamorar de él”. Siempre ha dicho. Soñador de talla grande, y cuando digo grande me refiero a su corazón, sus anhelos, su mente, sus convicciones. Su fortuna la hizo ya de adulto, cuando regresó de San Francisco California, en donde estudió su doctorado en la universidad de Berkeley y se estableció otra vez en la ciudad de San Luis Potosí, luego de 7 años de ausencia. Tenía la edad de Cristo, 33 años cuando papá, subió como la espuma hasta el cielo, era de los pocos médicos oftalmólogos de la ciudad, especializado en estrabismo y cataratas. Construyó para mamá, un pequeño castillo rodeado de fuentes y jardines, ellos vivieron un amor de cuento. ¿Imaginan a ese hombre parado enfrente del colegio “Welcome”, con su traje gris y su ramo de rosas rojas, esperando a que mamá saliera de clases? Tomados de la mano, vivieron su amor por 41 años, y fue, precisamente, hasta el día su muerte, que papá soltó la mano de su eterna 

quinceañera. 

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