Recuerdan a Juan Rulfo

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Recuerdan a Juan Rulfo

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Ciudad de México.- El 103 aniversario del natalicio de Juan Rulfo, guionista, fotógrafo y autor de “El llano en llamas” (1953) y “Pedro Páramo” (1955), obra traducida en más de 50 idiomas y precursora del “boom” latinoamericano, se conmemoró ayer en México.

Rulfo (1917-1986), quien alcanzó el reconocimiento internacional con esas obras cumbre, es uno de los autores latinoamericanos más leídos.

“Aún en su ausencia, Rulfo busca superar ese atisbo de escritor telúrico, naturalista, que nace de la tierra para encumbrar un paisaje que tiene como escenario el México posrevolucionario”, apuntaron en este día la Secretaria de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura en un comunicado para recordar el nacimiento del escritor.

No obstante, “se sobrepone como una pluma humanista centrada en el hombre y sus nostalgias, dando paso a uno de los escritores legendarios del siglo XX y al autor mexicano más traducido en el mundo”, se señala en el comunicado.

OBRAS

Sobre “El llano en llamas”, recordaron que el escritor Emmanuel Carballo (1929-2014) dijo que era una obra que “rompía con una arraigada tradición de las letras hispánicas”, señaló la nota.

Mientras que fue la escritura de “Pedro Páramo” la que le trajo consigo una oleada de detractores, entre ellos los escritores Juan José Arreola (1918-201) y Antonio Alatorre (1922-2010), quien señalaron que Rulfo no la había escrito en su totalidad.

Además, enfrentó el “fuego amigo” del poeta Alí Chumacero (1918-2010), quien editó y revisó “Pedro Páramo” y se convirtió en su crítico más cercano.

Chumacero escribió en la Revista de la Universidad, en abril de 1955, que “Pedro Páramo” era una obra: “sin núcleo, sin un paisaje central en el que concurran los demás, su lectura nos deja a la postre una serie de escenas hilvanadas solamente por el valor aislado de cada una”.

Pero fue otra vez Carballo, junto con Francisco Zendejas (1917-1985), Alfonso Reyes (1889-1959) y Carlos Elizondo, quienes la elogiaron.

“La prosa está llena de vigor en todo momento, y el diálogo es increíblemente breve y efectivo. El resultado es un estilo que hará de esta novela una obra perdurable”, escribió Elizondo en julio de 1955.