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Menores en riesgo Autoelogio final

Por PULSO

Agosto 14, 2021 03:00 a.m.

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Una de las más tristes situaciones que enfrenta el combate a la pandemia de Covid 19 en San Luis Potosí, y en el país en general, es la politización.

Inscribir la lucha contra el virus en las agendas de partidos y grupos de poder no ha traído nada bueno a la estrategia y ha provocado episodios bochornosos en todos los niveles.

Tal es el caso de la mezquina y lamentabledeclaración del líder estatal de Morena, Sergio Serrano Soriano, al minimizar los temores que genera el regreso a clases en medio de la etapa más grave de la pandemia.

No parece muy probable que el político tenga credenciales epidemiológicas suficientes para afirmar que “es poco probable” que los menores de edad estudiantes sufran afectaciones por la pandemia.

Además, tacha de “conservadoras” las reticencias que ha generado la obstinación del gobierno federal, y por extensión, de la 4T, por regresar a clases presenciales a fines de este mes.

Irónicamente, hay contundente desmentido a los argumentos partidistas de Serrano Soriano que no viene de ninguna fuerte conservadora, sino de una institución del gobierno federal morenista: el Sistema Nacional de Protección Integral para Niñas, Niños y Adolescentes, que en su reporte semanal de casos demuestra que los menores de edad enferman de Covid, sino que también fallecen de ese mal.

Peor aún, el reporte más reciente expone la detonación de casos que en un año se han triplicado. A la par de las circunstancias actuales, en las últimas semanas han aumentado los casos de manera alarmante.

El documento es un cuestionamiento directo al empecinamiento del gobierno de AMLO de forzar el regreso a clases, armado sólo con nueve reglas muy generales y una carta responsiva de los padres de familia. 

Queda tiempo para que las autoridades de todos los niveles repiensen las estrategias y para que los actores políticos opten por un prudente silencio en vez de soltar ocurrencias.

 El estado pudo crecer notoriamente, pero se atravesó la pandemia. Y aun así, hubo avances. Ese podría ser el resumen del último informe de gobierno de Juan Manuel Carreras López.   

Como era de esperarse, el triunfalismo, aún minimizado por la realidad, dominó el último informe carrerista.

La narrativa del informe fue ajustada para resaltar lo que el Ejecutivo considera un logro en este sexenio, matizar los inconvenientes o ignorar lo que de plano no fue favorable.

Ejemplo de lo primero, el tema de la deuda pública. Desde que fue restructurada, quedaron establecidos los términos a los que se obligaba la administración. Desde luego bajó el pasivo, pero esa era, precisamente, la idea de los contratos firmados.   

Y el mandatario presumió que al término de su gobierno, no contrató nueva deuda. Pero olvidó mencionar que intención la tuvo, pero no la concretó por la negativa del Congreso.

En materia de inseguridad, se presumió que el estado se mantuvo bajo la media nacional, pero el mandatario, a diferencia del tema de la deuda, no hizo el comparativo con respecto al inicio de su gobierno, lo que exhibiría el evidente incremento de la incidencia delictiva.

En todo caso, la complacencia dominó el informe. Ya se verá si el nuevo gobierno continúa, cuando inicie, la tradición de desmantelar la escenografía para exhibir las carencias heredadas.   

¡HASTA  MAÑANA!