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Los accidentes de tránsito de los futbolistas suelen ser sinónimo de tragedias y de carreras truncadas.
El gremio internacional del futbol apenas se repone de la trágica muerte de José Antonio Reyes, el pasado primero de junio, luego de perder el control de su vehículo en una autopista en Sevilla, España.
Incluso, en la memoria sigue fresco el percance del chileno Arturo Vidal. En 2015, en plena Copa América celebrada en suelo andino, el futbolista resultó ileso tras chocar su Ferrari.
Pero México no ha sido la excepción. Esta madrugada, el delantero Joao Maleck, de 20 años, se vio involucrado en un brutal accidente que dejó dos personas fallecidas. Maleck, delantero que milita en el segundo equipo del Sevilla, está bajo investigación de las autoridades de Jalisco.
En 2017, Alan Pulido no sufrió más que algunos rasguños tras un accidente, en Guadalajara. Su automóvil de lujo terminó en pérdida total. En 2012, el portero Moisés Muñoz sufrió un percance junto a su familia. Afortunadamente los ocupantes de la camioneta salieron sin lesiones graves, solamente el guardameta
En 2007, Mirsha Serrano, estrella con los Tecos y el Atlante, murió por un fuerte accidente automovilístico de carretera, en Lázaro Cárdenas, Michoacán; el jugador tenía 28 años.
El argentino Pablo Hernán Gómez, campeón con el Cruz Azul, murió en enero de 2011 mientras viajaba de San Luis Potosí hacia Pachuca. En el 2000 y cuando era elemento de los Tigres, Ramón Ramírez se vio al frente de un accidente que dejó fallecidos. El exjugador enfrentó cargos penales en su contra.
En uno de los casos que dejó mayor impacto en el balompié mexicano fue el de César Andrade, en 1999. Considerado una promesa del Atlas, en una destacada generación rojinegra, salvó la vida tras un fuerte accidente, pero fue el fin de su carrera porque resultó en la amputación de una pierna.
El gremio internacional del futbol apenas se repone de la trágica muerte de José Antonio Reyes, el pasado primero de junio, luego de perder el control de su vehículo en una autopista en Sevilla, España.
Incluso, en la memoria sigue fresco el percance del chileno Arturo Vidal. En 2015, en plena Copa América celebrada en suelo andino, el futbolista resultó ileso tras chocar su Ferrari.
Pero México no ha sido la excepción. Esta madrugada, el delantero Joao Maleck, de 20 años, se vio involucrado en un brutal accidente que dejó dos personas fallecidas. Maleck, delantero que milita en el segundo equipo del Sevilla, está bajo investigación de las autoridades de Jalisco.
En 2017, Alan Pulido no sufrió más que algunos rasguños tras un accidente, en Guadalajara. Su automóvil de lujo terminó en pérdida total. En 2012, el portero Moisés Muñoz sufrió un percance junto a su familia. Afortunadamente los ocupantes de la camioneta salieron sin lesiones graves, solamente el guardameta
En 2007, Mirsha Serrano, estrella con los Tecos y el Atlante, murió por un fuerte accidente automovilístico de carretera, en Lázaro Cárdenas, Michoacán; el jugador tenía 28 años.
El argentino Pablo Hernán Gómez, campeón con el Cruz Azul, murió en enero de 2011 mientras viajaba de San Luis Potosí hacia Pachuca. En el 2000 y cuando era elemento de los Tigres, Ramón Ramírez se vio al frente de un accidente que dejó fallecidos. El exjugador enfrentó cargos penales en su contra.
En uno de los casos que dejó mayor impacto en el balompié mexicano fue el de César Andrade, en 1999. Considerado una promesa del Atlas, en una destacada generación rojinegra, salvó la vida tras un fuerte accidente, pero fue el fin de su carrera porque resultó en la amputación de una pierna.
