Decenas protestan en Líbano por apagones prolongados

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Decenas protestan en Líbano por apagones prolongados

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  Decenas de manifestantes en Líbano intentaron el martes tomar por asalto el Ministerio de Energía, furiosos por los prolongados apagones debido a racionamientos de electricidad mientras el país enfrenta una crisis económica paralizante.

Las fuerzas de seguridad rechazaron a los manifestantes, ahuyentando a algunos que lograron violar el perímetro de seguridad del ministerio. Se produjeron peleas luego de que los participantes empujaron una barricada metálica y dijeron que planeaban establecer una protesta sentados frente al ministerio.

"Vinimos y nos quedaremos", dijo un participante a los medios cuyo nombre no se reveló. Agregó que liberarán al ministerio "de la corrupción... y la administración que sumió a este país en la oscuridad".

La crisis económica y financiera de Líbano representa la amenaza más importante para el país desde que una devastadora guerra civil de 15 años terminó en 1990. El gobierno altamente endeudado se enfrenta a una inflación rápida y un aumento del desempleo y la pobreza, todo empeorado por la pandemia de coronavirus.

En medio de la crisis, los apagones recurrentes han empeorado, ya que el gobierno no pudo asegurar las fuentes esenciales de energía.

Líbano ha dependido en gran medida del combustible enviado desde países vecinos y el diésel importado para los generadores que alimentan una red nacional incompleta, en ruinas desde el final de la guerra. Durante décadas, el país luchó con apagones y una enorme deuda pública para la compañía eléctrica nacional, que acumula un déficit de casi 2.000 millones de dólares al año.

Pero los racionamientos aumentaron desde junio y se volvieron tan graves que los residentes de algunas áreas reportaron recibir apenas un par de horas de electricidad al día. Los generadores fueron apagados para racionar el combustible existente y aumentaron los precios debido a la devaluación de la moneda nacional. Los libaneses han debido recurrir a velas y las tradicionales lámparas de queroseno, mientras que los hospitales advirtieron que se estaba agotando el combustible.