Celular

En los ultimos años en México, la utilización de los celulares e internet han tenido un acelerado crecimiento; sin embargo, según información del Inegi, el principal uso que les dan los usuarios son con fines de entretenimiento, por lo que éstas herramientas tecnológicas no han sido instrumentos de política pública del gobierno para combatir problemas públicos como la pobreza y con ello impulsar la cohesión e igualdad social; sin embargo, estos medios de comunicación han hecho que la vida de los individuos sea más sencilla, pero también más complicada e insegura.

Según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), la cual proporciona datos de 2015 a 2018, el incremento en el número de individuos con acceso a este servicio se ha elevado de manera constante; en 2015, 62.4 millones de personas hacían uso de Internet; para el 2016, el número creció a 65.5 millones; en 2017 fue de 71.3 millones y para el 2018 había 74.3 millones de usuarios en todo México.

La encuesta revela que el 90.5 % de las personas que viven en México se conectan a internet a través de su celular para acceder a contenidos de entretenimiento; el 90.3 % lo hace para comunicarse, el 86.9 % para obtener información, el 83.6 % con fines educativos, el 78.1 % para descargar contenidos audiovisuales y el 77.8 % para acceder a redes sociales; el 49.2 % para descarga de software; 31 % para interactuar con el gobierno; 19.7 % para comprar productos y 15.4 para realizar operaciones bancarias (vease gráfica). 

El crecimiento de usuarios de internet, así como la variedad en su uso, se deben a que los precios de las comunicaciones en México se han mantenido a la baja, poseer un teléfono celular con conexión a internet se ha abaratado mucho; las compañías telefónicas ofrecen mejores planes y opciones a costos más bajos y competitivos; esto ha permitido que más personas puedan hacer uso de estos dispositivos de interacción virtual; en cambio, utilizarlos de una manera que favorezcan las condiciones de vida de quienes los utilizan representa un largo camino aún por recorrer.

La ENDUTIH demuestra que el enlace a Internet vía teléfono celular representa el 92.7% de los usuarios, lo que equivale a 68.9 millones de personas en edades de 6 años en adelante; le siguen las computadoras portátiles con el 32.6% de conexión (24.2 millones de personas); las computadoras de escritorio con el 32% (23.8 millones de personas); las tabletas con el 17.8% (13.2 millones de usuarios); televisores inteligentes con el 16.6% (12.3 millones de personas); y a través de consola de video juego el 6.9% (5.1 millones de personas). 

Todos estos avances muestran una transición tecnológica y una transformación profunda en las relaciones sociales, en cuyo proceso se está aprendiendo a aprender, hay que adaptarse a nuevos conceptos, hasta hace poco desconocidos, como lo pueden ser las fake news, los bots o las redes sociales, que generan riesgos e inseguridades a las actividades irresponsables e irracionales de los usuarios, siendo una ventana más fácil a los secuestros o asesinatos, estas malas experiencias generan la necesidad de una agenda normativa que brinde certeza y seguridad a todos los usuarios con los contenidos de interacción.

Según el Banco Mundial, estos avances tecnológicos ponen en manos de todos los individuios herramientas para combatir la pobreza y con ello la desigualdad; la comunicación móvil ofrece mayores oportunidades para atender necesidades que permitan avanzar en el desarrollo humano, que van desde el acceso a la educación, la salud, hacer pagos en efectivo y promover la participación de la sociedad en el proceso de hechura de las políticas públicas.

Las políticas públicas para erradicar la pobreza no han sido efectivas, ya que se orientan en atender las consecuencias y no sus causas; una política social efectiva más que satisfacer necesidades debe modificar comportamientos; adoptar un enfoque de esta naturaleza hace que la internet y el celular sean instrumentos muy efectivos para combatir la desigualdad social, ya que son un canal de comunicación por el que se transmiten contenidos que permiten a la población en situación de pobreza, tomar mejores decisiones por medio de la información. 

Las tecnologías de la información y la Comunicación (TICs) deberían ser instrumentos de política pública empleados por los gobiernos para enfrentar la desigualdad social, es decir, que se generen de manera universal las mismas oportunidades y condiciones a los seres humanos, sin embargo, han funcionado más como diferenciador y de conflicto que como medio de cohesión social; una evidencia de ésta situación es que en zonas urbanas, de 2017 a 2018, se pasó de 71.2 % de personas con acceso a Internet al 73.1 %, mientras que en zonas rurales fue 39.2 % al 40.6 %.

La internet y el celular pueden ser instrumentos para mejorar la salud, la educación, la movilidad, la seguridad humana en términos de protección civil, las competencias cognitivas y de mercado, siempre y cuando se potencien su buen uso y no solo servir de entretenimiento; sin embargo, en México y otras partes del mundo, son un diferenciador entre quienes tienen poder adquisitivo y los que no, dejando a una gran parte de la población aislada y marginada del desarrollo tecnológico, esta situación demenda que el tema forme parte de la agenda de políticas públicas del gobierno nacional y local.

En resumen, la persistencia de la desigualdad como un problema público requiere de politicas públicas innovadoras, en cuyo contexto el celular e internet pueden ser instrumentos altamente efectivos, para lo cual es necesario, que adémas de ser medios de entretenimiento sean un canal de comunicacion para transmitir información que modifique el comportamiento de la poblacion en situación de pobreza, una oportunidad y alternativa a la mano para tomar decisiones personales y gubernamentales y con ello mejorar la salud, educación y empleo en la población más excluida. Buesque esta columna el proximo 9 de octubre.

@jszslp