Disidencias
Ya muy grande, a los 94 años, murió Milan Kundera. Sus letras, tanto literarias como ensayísticas, dan cuenta de un siglo XX ideológico, pleno de lo que se llamó Guerra Fría, del comunismo emanado del stalinismo, de la Primavera de Praga. Quien se consideraba escritor más allá de cualquier tendencia política recuperó su nacionalidad checa apenas en 2019.
Fue el Murakami de nuestra generación, me dice un querido colega, y sí: fue el eterno aspirante al Nobel, con su grupo de fans como dicho japonés, o como Paul Auster. Su crítica y su sentido del humor ante la política, ante el amor, siguen vigentes. De entrada recomiendo tres de sus libros: El arte de la novela (1986), El libro de los amores ridículos (1969) y, por supuesto, La insoportable levedad del ser (1984).
Kundera no quería ser llamado disidente ni exiliado, aunque lo fue. Dijo en alguna entrevista: “Si algo detesto es la literatura de tesis, comunista o anticomunista, es igual. No me siento cómodo en el papel del disidente. No me gusta reducir la literatura y el arte a una lectura política. La palabra disidente significa suponerle a uno una literatura de tesis […] Lo que me interesa es el valor estético”.
Son tiempos en que conviene reflexionar sobre qué es la disidencia, cuando desde el poder federal se cuestiona a los órganos creados para acotarlo con el argumento de que el poder defiende “el derecho a disentir”. En San Luis La disidencia se ha manifestado recientemente en los movimientos en contra del puente deprimido en el Saucito o en la defensa de la sierra de San Miguelito, del agua. No parece que pudiera llamarse “disidentes” a los fraccionadores que pretenden demandar por daños y perjuicios al Gobierno Federal por 4 mil millones de pesos al haber declarado Área Natural de Flora y Fauna a la sierra de San Miguelito. Se confunde disidencia con militancia, o se ignora que hay leyes que se hicieron desde la, esa sí, disidencia, a pesar de las trabas de muchos políticos.
Disidentes también parecen (o mejor dicho, quieren parecer) algunos medios que atacan a este o a aquel político, cuando en realidad siguen la agenda política de otro “jugador”. Dijo Kundera: “La novela (como toda la cultura) se encuentra cada vez más en manos de los medios de comunicación; éstos, en tanto que agentes de la unificación de la historia planetaria, amplían y canalizan el proceso de reducción; distribuyen en el mundo entero las mismas simplificaciones y clichés que pueden ser aceptados por la mayoría, por todos, por la humanidad entera. […] Este espíritu común de los medios de comunicación disimulado tras su diversidad política, es el espíritu de nuestro tiempo. Este espíritu me parece contrario al espíritu de la novela.
Dice Ricardo López Si, y sí: “La indiferencia de los colegas con altavoz mediático ante la desaparición de las redacciones me parece, por motivos evidentes, una de las más grandes derrotas morales del periodismo”.
Me gusta Milan Kundera a pesar de que algunos de sus puntos de vista ya son obsoletos o políticamente incorrectos, y de que a él no le gustaba Orwell, como a todos nos aburren o disgustan autores que parecen gustarle a todos. Dejo para otra ocasión su abordaje de lo amoroso, sigamos con lo político. En La lentitud Kundera escribió esta joya. Juzgue usted: “El bailarín se distingue del político corriente en que no desea el poder, sino la gloria; no desea imponer al mundo una u otra organización social (eso no le quita el sueño en absoluto), sino ocupar el escenario desde donde poder irradiar su yo”.
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Posdata 1: Ya está a la vuelta de la esquina la edición 43 del Festival Internacional de Danza Lila López, que se realizará del 22 al 30 de julio. Como periodista y crítico me ha tocado acompañar buena parte de estos años, con sus altibajos. Veamos qué nos depara este año, en el que extrañaremos la presencia del lúcido dramaturgo y crítico tapatío José Ruiz Mercado, recientemente fallecido, a quien conocí en aquellos legendarios encuentros de críticos de danza organizados por César Delgado Martínez.
Posdata 2: Siguen abiertas las inscripciones para los cursos y talleres de verano en el Centro de las Artes de San Luis Potosí. Entre otros, Fabiola Amaro estará dando el curso “Aproximación a la literatura para niñas y niños” (dirigido a adultos) y yo coordinaré un curso taller sobre “Edición de revistas literarias y académicas”. Información en la web del Ceart. Ahí nos vemos.