San Luis Potosí tiene un gran reto: el Desarrollo Sostenible.
La sostenibilidad es el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones, garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social.
Estamos ante una emergencia climática y aún hay personas y funcionarios públicos que no lo creen o simplemente no lo quieren entender. Nuestro entorno ha cambiado, pero pensamos que es normal. Sabemos que antes el clima, los temporales, las estaciones, e incluso las lluvias y la sequía, eran distintos. Ahora vivimos día a día en nuestro Estado, en las cuatro regiones, las consecuencias del Cambio Climático.
No es exagerado asegurar que todos hemos padecido consecuencias del comportamiento errático del planeta y que por ello estamos obligados a exigir una declaración de emergencia climática y ecológica, tanto local, regional y global, demandando (y demandándonos) cambios urgentes.
El reconocimiento de que el planeta, así como los seres vivos y los ecosistemas, se encuentran en grave peligro, debe hacerse ya; simplemente se debe aceptar la realidad, palpable sin discusión e instar a que se admita que vivimos en crisis climática.
Pero ¿crisis/emergencia climática? En efecto, ahora se asegura que es más correcto hablar de “crisis climática” y no sólo de “cambio climático”. El término “crisis” incide en cómo afecta a la sociedad la actual coyuntura climática. Tanto científicos especializados como colectivos ecologistas llevan meses utilizando este concepto para evidenciar la emergencia del momento.
Utilizamos las frases “emergencia climática” o “crisis climática” también para alertar que está empeorando aceleradamente; por ello todos debemos “asumir y aceptar que nos encontramos ante un reto de grandes magnitudes que nos afecta en muchísimos aspectos de la vida cotidiana”.
Y ¿para qué quiero aceptarlo? La ciudadanía debemos entender la urgencia e irreversibilidad de este fenómeno, admitiendo y declarando en todo momento la emergencia climática, lo que requiere asumir el cumplimiento de todas aquellas acciones que nos permitan detener la degradación ambiental.
Desde el 2016, la asociación civil Cambio de Ruta advirtió la necesidad de que los temas ambientales fueran puestos en el centro de la discusión. No es posible que una comunidad discuta y pretenda resolver sus problemas, sin tomar en cuenta la ecología; por ello la seguridad, economía, empleo, salud, etc., sin tomar en cuenta el cuidado del medio ambiente, ningún buen final tendrá para el desarrollo sostenible.
Los conflictos ambientales que en un inicio localizamos fueron la calidad del aire, la calidad del agua, la desprotección y el abandono en que se encuentran las áreas naturales protegidas, el desprecio al árbol urbano, siendo su principal causa la negligencia de las autoridades y la pereza de todos para preservar nuestro “capital verde”.
Entonces, ante la indolencia estadual y poblacional ¿debemos proteger el medioambiente? Claro, todos tenemos que provocar exista una “intergeneracionalidad ambiental”, que no es otra cosa que respetar el derecho de que las futuras generaciones tengan una herencia adecuada que les permita un nivel de vida no menor al de la generación actual.
Este reclamo legítimo se presentó en la Cumbre de Río de 1992 con la intervención de la adolescente canadiense Severn Cullis-Suzuki, y ahora, la exigencia de la extraordinaria sueca Greta Thunberg al sentenciar “Quiero que entren en pánico. Quiero que sientan el miedo que yo siento todos los días. Y quiero que actúen. Quiero que actúen como lo harían en una crisis. Quiero que reaccionen como si nuestra casa estuviera en llamas... porque lo está.”
Entonces regreso a la inquietud: ¿Existe la Justicia Ambiental en San Luis Potosí? La respuesta es sencilla: NO, en San Luis Potosí NO existe la Justicia Ambiental. Pero el reto es luchar para que exista, aun y cuando sea una tarea difícil.
Desde la Cumbre de la Tierra se señaló que para que exista Justicia Ambiental, los gobiernos deben decir la verdad; que para resolver los problemas ambientales, el Estado debe garantizar que los ciudadanos cuenten con información ambiental asequible, creando mecanismos de participación social (la llamada democracia verde) y que los ciudadanos puedan participar en la toma de decisiones ambientales. Luego México suscribió el Acuerdo de Escazú que tiene entre otros objetivos, establecer mecanismos específicos para la protección de los defensores ambientales.
Entonces, no existe Justicia Ambiental en San Luis Potosí, y para muestra un botón: en abril del 2016 promovimos un Juicio de Amparo con el objetivo que la autoridad establezca un método eficaz de medición y verificación de calidad del aire en la ciudad de San Luis Potosí y zona conurbada, para que sea del conocimiento de todos los potosinos en tiempo real, del cual se obtuvo sentencia favorable el 8 de febrero del 2017. Al día de hoy la autoridad federal tiene por cumplida la sentencia pero en este momento nadie sabe si la calidad del aire que respiramos es buena, regular o mala. ¿Hay Justicia Ambiental?
Tampoco olvidemos que por presentar el 9 de abril del 2018 al Gobernador la solicitud para que se declarara ÁREA NATURAL PROTEGIDA la SIERRA DE SAN MIGUELITO con la categoría de “RESERVA ESTATAL”, días después, el 18 de abril del 2018, la titular de la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental (SEGAM), interpuso una denuncia en mi contra por “robo de información con valor científico, usurpación de funciones públicas o de profesión y uso indebido de condecoraciones o uniformes” según el medio digital que lo difundió, con la clara intención practicar la obstaculización del trabajo de los defensores de derechos humanos mediante la “criminalización”. ¿Hay Justicia Ambiental?
Así, aun sabiendo que no existe Justicia Ambiental en San Luis Potosí, todos tenemos el gran reto de poner nuestro grano de arena para reparar la casa común, de cambiar el presente para reverdecer el futuro y lograr que este magnífico lugar tenga un desarrollo sostenible.
Agradezco a “PULSO Diario de San Luis” y a sus directivos la oportunidad de expresar semanalmente las preocupaciones que la promoción y defensa de los derechos humanos medioambientales demandan.
Delírium trémens.- En la glosa del Cuarto Informe de Gobierno, la titular de la SEGAM fue de pícnic al Congreso del Estado. Presencié un espectáculo vergonzoso: la funcionaria estatal, como es su costumbre, mintió impunemente y repartió culpas a todos, menos a su dependencia; muy pocos diputados, quienes, salvo dos o tres, no supieron qué inquirir, y un congresista muy entretenido con su teléfono celular durante el “performance”. Marcador: SEGAM 1 – Medioambiente 0.
@luisglozano