Familia y escuela Capítulo 295: La educación virtual vs la importancia de la educación presencial
La educación, a finales del siglo pasado y principios de este, ha sufrido una evolución y cambios sin precedente; la irrupción de las tecnologías de la información, la inteligencia de las cosas, la sociedad del conocimiento y los ambientes virtuales de convivencia, comunicación y educación han venido a transformar las formas tradicionales en dónde, con quiénes y cómo se adquiere el conocimiento.
El proceso educativo ha entrado en una inercia que, de manera acelerada y vertiginosa, ha ido adquiriendo características de formar a personas que se alejan de los principales orígenes del ser humano, envolviendo a la enseñanza y al aprendizaje en escuelas, hogares y en todos los grupos de convivencia social en una especie de fórmula mecánica, infalible, fría y rígida cual si se estuviera programando a seres autómatas, fabricando modelos en serie, con las mismas características, respondiendo todos a las mismas preguntas, con las mismas respuestas y bajo un control de calidad estandarizado y uniforme.
La introducción de los instrumentos, aplicaciones, plataformas digitales y materiales tecnológicos y cibernéticos que se han creado para beneficio de las labores cotidianas del ser humano, han traído, sin duda, aportes extraordinarios en todos los campos de la ciencia y de los aspectos más personales y sociales, incluido el educativo; sin embargo, han dejado de lado y excluidos aspectos básicos del pensamiento y creatividad del hombre.
Se le ha otorgado toda la confianza a una calculadora, computadora y al sinfín de programas y aplicaciones cibernéticas que a los procedimientos que una mente humana puede realizar y nos encontramos ahora que, basta solo con apachurrar un botón o una tecla para realizar cualquier actividad de creación, cálculo y hasta una resolución de un problema matemático, dejando de lado ese proceso interno de comprender el "cómo y porqué" de lo elaborado.
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En los hogares ya diferentes acciones que se realizaban de manera cotidiana han pasado a ser suplantados por este mismo sistema de solo apachurrar un botón y esa máquina cocinará, conectará alarmas, contestará una llamada, barrerá los pisos de tu casa, activará un sistema audiovisual y tocará tu música preferida, dejando la comodidad de no pensar y comprender el "cómo" se efectúan todos esos procesos; el entendimiento en la mente de sus inquilinos ya no es necesario.
El ejemplo más representativo de esta pérdida del entendimiento, comprensión, elaboración de proyectos, resolución de problemas, creación intelectual y en general de todas las funciones del intelecto humano, se da precisamente ante la llegada, primero de manera furtiva y ahora ya de manera declaradamente invasiva, de la Inteligencia Artificial (IA) la cual, para unos, es una asombrosa y excelente ayuda para el trabajo cotidiano; en cambio para otros ha sido una ofensa el simple hecho de que ocupe el lugar, en nombre y funciones, de la Inteligencia Humana (IH).
Ante este panorama, descrito de manera exageradamente breve, pero representativamente claro de las condiciones en que el conocimiento y sus aplicaciones ha transformado la vida de las personas, queda claro que los procesos educativos se han transformado también, obedeciendo a esta dinámica social.
Vale la pena recordar que los cambios educativos escolarizados, ya venían siendo apoyados por corrientes de la llamada "tecnología educativa" en donde se les brindaba a los docentes diferentes formas tecnológicas hasta llegar ahora a todas las impresionantes plataformas y aplicaciones cibernéticas para atraer a sus alumnos hacia su clase.
Aunado a ello y, ante el impresionante poder de atracción sobre las nuevas generaciones, la influencia de la sociedad del conocimiento y todos sus artilugios, comenzó a destronar a la persona del docente y en muchos de los casos a sus monólogos extensos y aburridos, suplantando su presencia física por su imagen virtual, la cual se podía ocultar y solamente oír o, dejar grabada para revisarla cuando "se me antoje" o volverla a ver cuantas veces quiera y un sinfín de opciones que la educación virtual ahora ofrecía.
Dicha forma de educar "a distancia" tuvo su explosión y auge con la aparición de la pandemia del Coronavirus, en donde se volvió obligatoria las diferentes formas de acceder virtualmente al conocimiento, bien sea con tutoriales, plataformas educativas, redes sociales y todas las maneras en que se transformaba un aula física con sus pupitres, pizarrón, ventanas y todos los demás elementos que las caracteriza, cambiadas ahora por una pantalla y un escenario virtual.
¿Qué se perdió? ¿Qué se está perdiendo?
Se perdió y se está perdiendo el contacto social, ese que desde los inicios de la escuela se manifestaba como toda una experiencia de vida para quienes asistían y pasaban por todos los rituales que en los planteles se manifestaban: campanas, timbres, música y altavoces que anunciaban la entrada, recesos y la salida; ingresar a un aula de clase y reconocer tu mesabanco o mesa; a la presencia viva y el calor humano de tus compañeros y compañeras de quienes observabas sus conductas, costumbres, tonos de voz, palabras o frases que los caracterizaban; la chica o el chico que te atraía y la nostalgia de las despedidas al final del proceso; en fin todo lo que una interacción social aplica sobre los integrantes de un grupo.
No se puede negar los aportes que la tecnología nos brinda y con ello, las promesas que el futuro nos augura, pero no podemos dejar de lado la importancia que tiene la presencia física en y para el proceso educativo; de hecho, actualmente muchos de los alumnos asisten a las escuelas, no tanto por los conocimientos que van a adquirir, sino precisamente por esa experiencia presencial que otorga el plantel y el grupo.
Hay muchos conocimientos que se adquieren de la experiencia: "a besar se aprende besando y no por un programa o aplicación cibernética que elige la pareja más adecuada para ti..." "a andar en bicicleta se aprende encima de ella, caída tras caída y sintiendo el aire fresco que pega en tu rostro y no con un visor 3D..." "para aprender conocimientos, valores, habilidades y actitudes, se aprende ahí en un aula de clase frente a tu maestro y al lado de tus compañeros..."
Comentarios: gibarra@uaslp.mx



