Fondo CC

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Dijo la periodista Gabriela Warketin: “No encuentro un solo argumento válido para justificar la desaparición de los fideicomisos, y vaya que he escuchado de todo. ¿Hay corrupción? Que se auditen. ¿Algunos no sirven? Que se revisen. Cancelar a rajatabla es de una mezquindad imperdonable”. Yo coincido totalmente con 

dicha reflexión. 

El Fondo para el Cambio Climático creado por la Ley General de Cambio Climático en 2012 tiene como objetivo “captar y canalizar recursos financieros públicos, privados, nacionales e internacionales, para apoyar la implementación de acciones para enfrentar el cambio climático”, de acuerdo con el artículo 80 de la Ley. 

La normatividad prevé que los recursos que alimentarán el Fondo provengan de diferentes fuentes, además de las previstas en el Presupuesto de Egresos de la Federación y otras aportaciones de otros Fondos públicos, como las contribuciones de pagos de derechos y aprovechamiento previstos en las leyes correspondientes; las donaciones de personas físicas y morales, nacionales e internacionales; las aportaciones que efectúen gobiernos de otros países y organismos internacionales; el valor de las reducciones certificadas de emisiones de proyectos implementados en México que de forma voluntaria el Fondo adquiera en el mercado; y los demás recursos que obtenga, previstos en otras disposiciones legales.

El Fondo opera bajo la gestión de un Comité presidido por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en el que participan diversas Secretarías del Gobierno Federal (Hacienda y Crédito Público, Economía, Gobernación, Bienestar, Comunicaciones y Transportes, Energía, Agricultura y Desarrollo Rural, y Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano). Ello le da un carácter multisectorial a las decisiones sobre el destino de los recursos del Fondo, fundamental para atender una problemática multicausal y que impacta a todos los sectores de la sociedad.

La cancelación de este fideicomiso será un grave retroceso en el financiamiento de acciones dirigidas a este fin, particularmente porque se ha promovido que el Fondo sea destino de recursos como los provenientes del mercado de carbono y del impuesto al carbono, lo que permitiría tener más recursos disponibles para la atención del problema en México.

Otro dato importante es que mientras todas las naciones abandonan el uso de combustibles sucios es inaudito que el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2021 contempla únicamente dirigir 1.1% de los recursos públicos a atender el cambio climático en tanto que los recursos dirigidos a la explotación de combustibles fósiles, principal fuente de emisiones causantes del calentamiento global, representa 11.6% del PPEF total. Me parece entonces que nuestros políticos y gobernantes, principalmente el presidente y sus aliados, no piensan en el futuro de sus hijos, nietos, sus descendientes pues.

El destino de los recursos de este Fondo, son entre otros generar Acciones de Adaptación, Acciones de Mitigación, Programas de Educación y Proyectos de Investigación. Como ya se dijo, la toma de decisiones en este fideicomiso se lleva de manera colegiada, lo cual hace que el manejo de los recursos tenga transparencia, por lo que están al escrutinio público.

Lo innovador del Fondo es que permite la posibilidad de recibir Fondos internacionales o donaciones para proyectos específicos, y así, se tiene la certeza de que el recurso donado o recibido realmente se aplicará sin demora al proyecto específico. Es por esto por lo que este Fondo en su estructura cuenta con un alto grado de candados y transparencia. 

De eliminar el Fondo y transformarlo en otra figura, no tendría la gobernanza que ahora tiene y eso como tal afectaría la limpidez del mismo y el uso adecuado de sus recursos, porque las decisiones ya no serían colegiadas, un latente riesgo de desvío de recursos, la eliminación de los “candados” para el manejo correcto de los recursos y finalmente, sin esas características, será difícil la iniciativa privada y donantes en general deseen realizar aportaciones. 

Soy claro que no estoy en contra de que se hagan revisiones a estos fideicomisos, es más deberían hacerse regularmente para evitar desvíos y asegurar se usen correctamente, pero extinguir solo porque quieren usar esos recursos en el aeropuerto, tren maya y dos bocas, es reprobable.

Por último, debemos recordar que el Estado Mexicano se obligó a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y evitar un aumento de la temperatura global de más de 1.5 grados centígrados, tal como quedó establecido hace cinco años en el Acuerdo de París.

Delírium trémens.- Sí por México.

@luisglozano