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Los tiempos de Morena

Por Miguel Ángel Hernández Calvillo

Agosto 08, 2023 03:00 a.m.

A

Estamos a menos de un mes de que se haga oficial el nombre de quién representará a los Comités de la Cuarta Transformación para la elección presidencial de 2024. Los aspirantes a dicha representación continúan recorriendo el país, tratando de sumar simpatías y apoyos para la encuesta final que se aplicará la primera semana del mes de septiembre, compitiendo de manera fraterna y privilegiando la unidad dentro de Morena y entre los partidos aliados como PT y Verde, bajo una lógica de juego democrático en el que el resultado es incierto. Sin embargo, como se dice ahora, más temprano que tarde habrá señales que indiquen de qué lado podría “mascar la iguana”. De hecho, las señales ya se han hecho presentes y podríamos plantear algunas como botones de una muestra mayor, nomás para sugerir que entre más se desgrane la mazorca, más se habrá de confirmar la posibilidad.

En primer lugar, están las mediciones de la mayoría de casas encuestadoras, con credibilidad suficiente, como para no desdeñar lo que se va delineando en el horizonte. Prácticamente todas las mediciones reconocen que Claudia Sheinbaum encabeza las preferencias de manera por demás amplia sobre su más cercano competidor y, a estas alturas, se ve muy complicado que pueda revertirse esa tendencia. Por otra parte, en cuanto a la respuesta de militantes y simpatizantes de la 4T que acuden a los eventos de cada aspirante, es por demás evidente que Claudia ha logrado concentrar un mayor número de personas en cada uno de sus eventos abiertos. Volviendo a las encuestas previas, en cuanto a la percepción sobre quién de los aspirantes representa mayor identidad con los postulados de la 4T, no hay mayor duda: es Claudia.      

Aquí conviene recordar que cuando se habla de postulados, en sentido estricto, no cualquiera puede decir que de lengua se come un taco, toda vez que un postulado es una idea fuerza que impulsa una acción, pero no de cualquier acción, sino de aquélla orientada por principios y que, por su mero ejercicio ya implica el cumplimiento de un deber para consigo mismo y los demás, aún y con independencia del resultado que se pueda alcanzar. Y, cuando se habla de principios, se trata de referir el bienestar de todos en una sociedad, sobre todo los más débiles y vulnerables. En suma, una orientación más ética que moral, porque mientras la moral es una visión del deber que, no pocas veces, se distorsiona con el ejercicio del poder -como “un árbol que da moras”-, la ética es una visión del deber desde el lado de los oprimidos. Así las cosas, en el sentido de lo que implica mayor identidad con los postulados de la 4T, empujados por el actual gobierno federal, ¿quién podría seguir con mayor fidelidad los pasos del presidente AMLO?

Finalmente, del lado de la oposición coaligada en la suma de intereses partidistas y de poderes fácticos de la derecha, la reciente andanada que se pretende ideológica, pero no es más que distorsión interesada en el tema educativo, exige posturas que respondan con rigor científico y humanismo práctico. Sin duda, los aspirantes de Morena a la Presidencia de México tienen una formación sólida en los términos apuntados, como para darle una buena repasada a los planteamientos simplones de la derecha, destacando Claudia por su trayectoria como formada en la mejor tradición del espíritu científico que, por definición, es analítico, crítico y propositivo. En fin, como diría un clásico, “lo que resiste apoya”, y la oposición cuestiona más a Claudia porque pulsa que por allí avanza la definición interna de Morena. Así las cosas rumbo al 6 de septiembre, cuando se dé a conocer a quién tenga más posibilidades de llegar a la Presidencia de México.