Momento entreguerras

Los diferentes momentos que la historia registra sobre las relaciones México- Estados Unidos han pasado por circunstancias críticas en donde nuestros gobiernos han echado mano de instrumentos diplomáticos par disminuir la tensión entre ambos pueblos.

El arte mexicano en Nueva York tiene una etapa que va aproximadamente desde 1922 hasta 1942, en la que México utiliza como instrumento diplomático las exposiciones realizadas como en 1922: Traveling Mexican Popular Arts Exposition; 1932: Mexican Art- Museo Metropolitano, Nueva York, y 1940: Twenty Centuries of Mexican Art- MoMa Nueva York.  

Todas formaron parte de una campaña Pro México que promocionaba la riqueza artística y cultural, misma que era presentada como logros artísticos gracias a la paz en que se había podido vivir en nuestro territorio, anulando la visión de un país con extrema pobreza, alto índice de analfabetismo y barbarie. Buscaba también tener una presencia internacional basada en lo que se conoció como “comercio espiritual”.

Como elementos comunes en estas exposiciones se puede hablar de un discurso romántico, idealista y primitivista que se convirtió en inocuo y festivo. Lo anterior a través de conferencias, proyecciones de transparencias, folletos y por supuesto exposiciones de arte. Se componía de la obra de artistas mexicanos y algunos extranjeros además de obras infantiles.

En cuanto al tono de las mismas, va de lo defensivo y nacionalista a lo romántico, armónico e inclusive festivo; pasa de los espacios relativamente modestos a las salas de los grandes museos buscando contribuir a un mejor entendimiento de la gente y de la vida presente de México, en un momento con tanto interés por los vecinos en EUA. 

Otro de los intereses artísticos fue promover la artesanía mexicana porque se consideró la herencia artística del hemisferio occidental y por lo mismo una fuente natural y vigorosa de inspiración para los artistas norteamericanos en el diseño de sus propios trabajos. Estas exposiciones, como ya se dijo, fueron herramientas diplomáticas y determinaron un referente (canon) a seguir para la presentación del arte mexicano en el siglo XX. También tenían la intención de disminuir las tensiones entre México y Estados Unidos y desarrollar un nuevo tipo de relaciones: un intercambio que incluyera valores humanos y culturales.

La crítica de aquel país, en general, favoreció las exposiciones y provocó que la mirada gringa se enfocara hacia el sur. Ello propició otras exposiciones en estudios privados. 

Aunque debe decirse que hubo quienes no estuvieron de acuerdo con el apoyo dado al arte mexicano por parte de las autoridades estadounidenses, debido a la situación en la que muchos intereses extranjeros estaban en riesgo en nuestro país.

Así, el arte y la promoción de la cultura, permitieron limar asperezas en un momento de graves tensiones entre uno y otro país. 

Tomemos nota y observemos nuestro propio momento.