Presencia en el viento

El viento se siente y la humedad en él. También el calor de estos días. El clima siempre da de que hablar ¿se acuerdan? Buscamos el sol pero también, el olor a tierra mojada recién llovida. El planeta se mueve con nosotros sobre él. 

Vivimos haciendo, reaccionando, repitiendo, innovando: moviéndonos. Consultando el reloj o la posición del astro rey para ver si el ruido producido por el estómago coincide con la hora de comer o si tan solo nos dice que nos faltó el desayuno.

Las pérdidas nos colocan con los pies sobre la tierra pero antes, nos llevan por un corto y profundo viaje por los recuerdos, por la vida que cierra capítulos en donde los personajes salen de la escena de manera inesperada.

El teatro de la vida continua con sus diálogos, sus monólogos, sus narradores cuya voz se deja oír como si de un fantasma se emitiera.

Hay un duelo que vivir, una vida por continuar y conciliar las rutinas con el corazón quebrado y desconcertado.

Estos días despedimos artistas y hermanos que dejaron vacío su lugar en la mesa.

Nos dejan un rico patrimonio de vivencias y ausencias; de planes que se quedan en el tintero y palabras que se quedaron cortas.

Nuestro reconocimiento está en conservar su memoria y trasmitir su valor a las siguientes generaciones.

Descanse en paz, que el viento nos traiga la evocación de su presencia y de lo que dejó como resultado de su paso por este mundo.