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Verborrea y ficción

Por Óscar G. Chávez

Abril 01, 2023 03:00 a.m.

A

Las evaluaciones a las diversas dependencias que integran el gabinete del ejecutivo estatal no van más allá de la ficción arrojada en la verborrea cotidiana del gobernador. Un día y al otro también sale a hablar de la diferencia que hay entre este gobierno y los anteriores, pero un día y al otro también, los potosinos se percatan que entre éste y los anteriores no hay ninguna diferencia. 

En realidad no habrá cambio alguno en su gabinete por una simple razón: los únicos perfiles que para él son idóneos, pasando por alto  las indispensables capacidades o experiencia que pudieran buscarse en un funcionario eficiente, son aquellos de fácil control y obediencia ciega. La realidad es que salvo un secretario, todos los demás sirven absolutamente para nada y para acatar sin ningún cuestionamiento las órdenes del gobernador. 

Esta sumatoria de diversas incapacidades y obediencia ciega ha dado como resultado una serie de problemas en las dependencias, donde los titulares al ser cuestionados por la prensa o declarar motu proprio acaban normalmente enredados entre los disparates del gobernador y los propios; evidencian cotidianamente su ignorancia y la falta de coordinación con el titular del ejecutivo. Y de la incongruencia ni qué decir. 

Hace meses el gobernador anotó en su muy extenso renglón del sensacionalismo, la necesidad de aplicar la castración o la pena de muerte a los violadores, que no es otra cosa que un matizante chafa a la incapacidad del Estado para proporcionar seguridad en general y, por otro lado, acciones integrales en materia preventiva a las agendas de atención a la mujer. Como sea, esto no va más allá de la ocurrencia de un viernes por la mañana, cuando la genialidad de nuestro gobernador no encuentra tema para entretener durante el fin de semana; sabido es de sobra que la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos prohíbe de manera terminante la pena de muerte y las mutilaciones. 

Como sea, sus comparsas y patiños no se hicieron esperar, el legislador bufo José Luis Fernández Martínez de inmediato aplaudió la propuesta, asegurando que pronto sería presentada como iniciativa y que evidentemente sería llevada al carácter de ley. Seguro no hay iniciativas más importantes en qué perder el tiempo, ya que al parecer concentraron sus atenciones en los caprichos del jefe para salir a decir en esta semana que ya está lista la iniciativa. A saber si se atreverán a presentarla, pero como ya ha desaparecido el miedo al ridículo lo más seguro es que sí. 

Pero como también ya le dieron su jaloncito de orejas a la presidenta estatal de la Comisión de Derechos Humanos, diciéndole que no hace nada, para pronto quiso demostrar que sí, cuestionando la supuesta iniciativa. Sale a hacerles gordo el caldo, cuando todavía ni escogen el pollo. 

Lo curioso es que mientras por un lado aparentan la búsqueda de sanciones a la violación, en la práctica cotidiana las agresiones a mujeres por parte de funcionarios gubernamentales no son sancionadas. Ahí está caso de la pintora potosina a quien se le dijo que era conveniente que al ser recibida por el director del Museo Francisco Cossío, fuera de falda corta y zapatillas. Esto no debe extrañarnos, no es un hecho aislado, recuerdo que hace tiempo una exfuncionaria me comentaba que durante su tránsito por alguna dirección municipal hace dos administraciones, el alcalde en turno también le sugería, mientras movía con coquetería el bigote: “véngase de faldita”. 

Lo dicho ayer por el gobernador que invitaba a los adolescentes a ver pornografía no necesita precisión alguna, no hay riesgo de equivocación en su sentencia: “a los violadores no se les puede tratar como personas, sino como animales, porque así es como actúan”, pero sería conveniente preguntarle cómo deben ser tratados los funcionarios de su gobierno que fomenten, solapen o practiquen cualquier tipo de agresión sexual.

Nota al margen: queda claro que el alcalde de la capital, Enrique Galindo, no tiene ningún respeto por banquetas ni peatones. El jueves alrededor de las 20:00 horas con absoluto desprecio por el Reglamento de Tránsito, su camioneta, la de sus guaruras y los autos del séquito que lo acompañaba, invadieron completamente la banqueta de avenida Universidad casi esquina con la Quinta calle de la colonia San Luis. ¿No era mejor estacionarse a la vuelta, donde siempre hay espacio? Así el superpoliSía, 

Gracias por la lectura. Corra a alquilar su silla para disfrutar la Procesión del Silencio.