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A seis días de que inició la “nueva normalidad” un sector de la ciudadanía dejó de atender las recomendaciones sanitarias, pues ya no utiliza cubreboca, ni respeta la sana distancia de metro o metro y medio, inclusive adultos mayores y niños. En tianguis, algunos comerciantes carecen de las mismas.
En el mercado semifijo ubicado en la avenida Santa Ana, entre la avenida Ricardo B. Anaya y calle 99, en el fraccionamiento Villas del Sol, ayer comerciantes no esenciales se instalaron, es decir, mueblerías, de venta de ropa, juguetería y zapatería.
Según ciudadanos consultados, a diferencia de cuando todavía estaba de forma oficial la Jornada Nacional de Sana Distancia, la mayoría de los vendedores portaban cubreboca o careta, dotaban de gel antibacterial y respetaban la distancia de seguridad, pero ayer ya no fue así.
En centros comerciales las familias han dejado olvidado que solo debe acudir una persona a surtir los productos requeridos, por ende, si el personal del lugar no se da cuenta acceden padre, madre e hijo; quienes no ingresan esperan afuera, pero minutos después se genera aglomeraciones de hasta 20 personas, incluidos infantes y ancianos.
A kilómetros de ahí, en el Centro Histórico pocos son los capitalinos que utilizan mascarilla o cubierta facial, otros la portan solo cubriendo la boca desprotegiéndose la nariz; parejas van tomadas de la mano y se besan; familias caminan y consumen alimentos en las plazas públicas; y en locales establecidos ya no es obligatorio acceder con cubreboca ni dotan de gel antibacterial.
“No debe ser cierto”, “No es verdad si la gente ya anda en la calle”, “Ni los policías traen protección”, “Ya hay que seguir como estaba todo”, son algunos de los comentarios recabados en la vía pública.
