El estiaje ha reducido a charcas las presas que abastecen a la capital y municipios conurbados. Algunos potosinos aprovechan para pescar con redes improvisadas mientras 235 mil potosinos no tienen agua para las medidas de higiene básicas ante la pandemia de la COVID-19.
En un recorrido realizado por Pulso, a las presas de La Cañada del Lobo, El Peaje y El Potosino, se pudo observar el bajo nivel de éstas, incluso en algunas el fango se seca y resquebraja. En algunas áreas hay peces muertos por la falta de agua.
Los bajos niveles de las presas, son aprovechadas por potosinos para pescar, pese a las recomendaciones de sana distancia emitidas por las autoridades para evitar el contagio y propagación de la COVID-19.
También se pudo observar la presencia de familias paseando como en vacaciones, que no han acatado las medidas de sana distancia o aislamiento voluntario.
El bajo nivel de las presas preocupa sobre todo porque el lavado de manos es una de las medidas esenciales para evitar el contagio de COVID-19.
Ante la pandemia del COVID 19, en San Luis Potosí están en riesgo poco más de 235 mil 700 personas que no tienen acceso al servicio de agua.
De acuerdo con cifras dadas a conocer en 2018 por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el 8.3 por ciento de las y los potosinos no cuentan con acceso a este servicio.
La cifra se vuelve relevante debido a que el lavado continuo de manos es una de las medidas recomendadas por autoridades sanitarias para prevenir el contagio del virus, pero sin el líquido disponible en sus casas estas personas son vulnerables, tampoco la poseen para actividades como el baño, el lavado de ropa o la sanitización de la vivienda (con información de Alberto Martínez Sánchez).
