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“Lo que queremos que entiendan, es que tenemos hambre”, señaló Fidel, músico que diariamente acude a la Plaza del Mariachi con la esperanza de conseguir clientes que aún en tiempos de contingencia estén dispuestos a pagar una serenata o como mínimo un par de canciones que les permita a los intérpretes llevar unas monedas a sus casas para satisfacer alguna de las muchas necesidades que tiene su familia.
Señaló que el trabajo ha disminuido casi un 100% desde hace quince días a la fecha, derivado de los cierres de salones de fiestas y la prohibición para realizar reuniones familiares ante el COVID-19.
De acuerdo al señor Fidel, la situación afecta a por lo menos 110 músicos; algunos han optado por regresar a sus municipios y dejar de lado lo único que saben hacer, que es tocar música.
“Ya nos cancelaron a todos los grupos algunos trabajos, nosotros tenemos que venir, no podemos quedarnos en casa, no podemos quedarnos encerrados, tenemos familia, gastos, agua, luz, renta”.
El mariachi lamentó que durante la contingencia, los grandes ausentes sean los políticos y sólo los busquen cuando requieren el voto, agregó que el próximo lunes algunos intérpretes acudirán a la Unidad Administrativa Municipal para exigir a las autoridades, que apoye a los sectores más desprotegidos, incluidos los músicos que se ha dedicado durante años a amenizar las reuniones de los potosinos.
El mariachi lamentó que los políticos en época de contingencia no apoyen a las personas vulnerables. “Solo cuando buscan el voto nos buscan, ahorita no nos caería mal una despensita”, señaló el mariachi del cual dependen tres personas.
