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Por primera vez con él #QuédateEnCasa, clientes del norte de la ciudad consumieron su pan de apóstol para los días jueves y viernes Santo, esta vez sin el ritual de la Visita a los 7 Altares ni la Procesión del Silencio.
Se trata de un pan hecho a la antigua, pero en forma artesanal, que sólo una panadería del norte de la ciudad elabora y está listo cada Semana Santa para que los clientes lo lleven a su mesa.
El pan es elaborado con base en harinas artesanales, y 35 años de experiencia del panadero chopper Gerardo Pérez Covarrubias, pero esta vez los feligreses lo consumieron en días de guardar en su casa, porque no se activó la Cofradía de la Santa Cruz, que deberá esperar hasta el año próximo para la celebración de la tradicional Procesión del Silencio.
Este Jueves Santo se celebró en la religión católica “La Última Cena”, y como la alimentación sencilla que se prolonga hasta el Viernes Santo incluye entre sus elementos principales el pan de apóstol o pan ácimo, el menú es el ideal para conmemorar la fecha religiosa.
De acuerdo a la tradición católica, cuenta la historia que el pan de apóstol es lo que Jesucristo compartió con sus discípulos para celebrar esta Última Cena.
Como ya es tradicional, en las parroquias o iglesias celebran esta eucaristía bendiciendo el pan, y a pesar de la contingencia relacionada con la expansión del coronavirus en su variedad COVID-19 que estamos atravesando, religiosos y ciudadanos laicos acudieron a la panadería a comprar su pan.
“Nosotros seguimos con esta tradición al igual que algunos fieles encargaron el pan para así llevarlo a su casa y desde ahí hacer la ofrenda para no dejar pasar este importante día... desde 1985 producimos el pan de apóstol y también el pan para capirotada, este último con un proceso previo de cortarlo y tostarlo al punto que esté listo para preparar este delicioso y ancestral platillo. Luego se le agrega la miel de piloncillo para preparar la capirotada.








