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Organizar una fiesta en pleno semáforo rojo y con la ayuda de sonideros, es cosa fácil en la Unidad Habitacional Simón Díaz. Policías municipales se presentaron a disolver una fiesta en plena vía pública y con la presencia de un estruendoso sonido, listo para armar la celebración con los vecinos.
Las fiestas frecuentes, organizadas en un principio en abril pasado por potosinos residentes en el extranjero que fueron deportados o se regresaron por el coronavirus, afectan principalmente a vecinos del fraccionamiento Residencial del Bosque, del Camino a El Aguaje y Constitución, y la colonia Simón Díaz.
Los organizadores, por lo general son residentes de los edificios de departamentos, y cuando encuentran un motivo para armar reunión pública, contratan sonideros e invitan a los vecinos a reunirse en las placitas.
Sin embargo, el colmo fue este fin de semana, cuando algunos vecinos llevaron enormes bafles y produjeron un ruido estruendoso hacia las viviendas de los alrededores en la colonia Simón Díaz.
La pachanga obligó a los vecinos a hacer un llamado de auxilio a la policía municipal. Los agentes llegaron y pidieron a los organizadores retirar las bocinas y mandar a la gente a su casa.
Alrededor de la organización del festejo, decenas de niños jugaban libremente como si no hubiera pandemia, descuidados por sus papás.
En los festejos, los organizadores acostumbran a llevar bocinas y cervezas para convivir en la vía pública con personas que no guardan la proximidad con ellos.
